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El campeón de hierro

  • La personalidad y la madurez han sido claves para que Lorenzo plante cara a Rossi y regrese a la cima

El piloto balear Jorge Lorenzo se proclamó en el circuito valenciano de Cheste campeón del mundo por quinta vez en su carrera y tercera en la cilindrada de MotoGP, lo que le convierte en el español más laureado en la máxima categoría del motociclismo. A sus 28 años, cinco Mundiales adornan su palmarés, dos en 250cc y tres en MotoGP, donde lleva compitiendo siete temporadas a un alto nivel.

Más maduro, impecable e incansable trabajador según dicen los que mejor lo conocen, y un auténtico martillo pilón a la hora de marcar ritmo por vuelta y marcharse de sus rivales, su título de este domingo le permitió desempatar con Marc Márquez (Repsol Honda) en la categoría reina y con el de Cervera y con el valenciano Jorge Martínez Aspar, en número de entorchados, situándose como el perseguidor más cercano del 12+1 de Ángel Nieto.

El quinto triunfo mundialista vuelve a realzar la capacidad de superación que siempre ha ofrecido Lorenzo desde que consiguiese reinar por primera vez en el Campeonato del Mundo, en 2006. Con un carácter fuerte y atrevido, el mallorquín llegó a MotoGP en 2008 tras encadenar su segundo título en la categoría intermedia.

Como todos los pilotos, comenzó muy joven en el mundo del motor, animado por su padre Chicho y dio el salto mundialista con 15 años, en el año 2002. En el 2003 ya mostró sus cualidades logrando su primer triunfo en Río de Janeiro batiendo a rivales como Casey Stoner, Alex de Angelis, Dani Pedrosa o Andrea Dovizioso. Honda se fijó en este chaval de Derbi y le fichó para 250 cc en 2005, aunque sólo estuvo un año en la marca japonesa, pasando en 2006 a Aprilia con la que conquistó sus dos primeros títulos y un total de 17 triunfos, aderezados ya con esas celebraciones marca de la casa que hacían recordar a las del primer Valentino Rossi y una agresividad que fue calmando con el paso de los años.

Sin embargo, en aquella época ya tuvo que mostrar fortaleza mental para lidiar con la mala relación entre su padre y su manager, Dani Amatriain, uno de sus mentores, teniendo que desprenderse de ambos y seguir su camino. Luego en MotoGP, los problemas fueron con el propio Rossi, que impuso poner un muro para separar los boxes y que no hubiera copia de sus datos, sabedor el italiano de que el mallorquín podría ser un más que duro rival en su propio equipo, algo a lo que no estaba acostumbrado.

Ese año de debut, Lorenzo sufrió una dura caída en Shanghai que le fracturó un tobillo, pero demostró ya por entonces su carácter y capacidad de hierro para superar el dolor. Decidió correr finalizando cuarto ante el asombro de todos. Cinco años después, haría algo similar en Assen (Holanda) cuando compitió tras operarse casi 24 horas antes la clavícula, para terminar quinto, aunque ese percance le acabó por costar más caro en ese campeonato y el siguiente.

Con todo, su estreno en la categoría reina fue espectacular y en 2009 ya fue subcampeón del mundo por detrás de Rossi, conquistando cuatro carreras. No tuvo que esperar demasiado para subir otro escalón porque en 2010 se convirtió en el primer campeón español de la categoría once años después del logro de Alex Crivillé.

Lorenzo ganó otra batalla y se quedó como jefe del equipo. Sin la sombra de Rossi, no pudo reeditar corona en 2011, finalizando subcampeón tras Casey Stoner, pero volvió a reinar en 2012, siendo primero o segundo en las 16 carreras que terminó, mostrando ya una gran madurez de pilotaje.

La aparición de Marc Márquez y la caída en Assen en 2013 le impidieron rendir a su mejor nivel, pero el incidente en Holanda terminó por afectar a su preparación para 2014. No comenzó bien este 2015, se quedó sin subir al podio en las tres primeras carreras, pero lo compensó ganando las cuatro siguientes y convirtiendo el Mundial, por los fallos de Márquez, en un mano a mano entre él y Vale.

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