Málaga c. f.

El caso Tiago, una historia no tan nueva

  • El Málaga fichó a Darío Silva en dos fases, firmó la cesión de Insúa con una empresa y la de Baiano, con un club 'fantasma'

El Málaga C. F. compró por dos veces a Darío Silva, primero para adquirirlo al 50 por ciento, luego para tenerlo en su totalidad. En cada una de esas ocasiones abonó 3 millones de euros, ambas al Centro Atlético Fénix. El club que poseía sus derechos, un equipo donde nunca militó. Federico El Pocho Insúa llegó cedido a través de la empresa Fauley Training. Fernando Baiano también llegó cedido procedente del Atlético Rentistas, un equipo uruguayo tras el que se escondía el agente Juan Figger. Historias rocambolescas que anteceden la de Tiago Gomes, cuyo tránsfer aún se aguarda en Martiricos.

Los derechos económicos del luso están divididos entre el 70 por ciento que posee su agente, Sergio Ferro, y el 30 del Estrella Amadora. Ante sus problemas de liquidez, el Málaga eligió a una empresa intermediaria para adquirir la cesión de este último porcentaje. Ésta, cuya sede está en Mérida, se comprometió a pagar el millón de euros de la operación en cuatro plazos de 250.000. A cambio, el club de Martiricos asumiría su ficha hasta el 30 de junio, 130.000 euros, tendría una opción de compra por cinco años tras esa fecha y un 2¡ por ciento de comisión por un futuro traspaso. Una enrevesada operación a cuatro a bandas, pero nada nuevo.

darío silva

En la temporada 98/99, el uruguayo jugó en el Espanyol la segunda parte de la Liga cedido por el Cagliari. El club catalán no accedió a pagar los 4,1 millones que solicitaron por su fichaje, tampoco la mitad de su pase. Sí lo hizo el Málaga, que el verano de 1999 abonó unos 3 millones de euros al Fénix por sus servicios. También de allí lo incorporó la escuadra italiana, donde militó cuatro campañas (de la 95/96 a la 98/99), y el Peñarol, su club desde 1992 a 1995. Darío nunca jugó en el Fénix. Realmente, detrás de este club se esconde la figura de Paco Casal. La única relación demostrable que existe entre el famoso apoderado y dicho equipo es que allá colgó sus botas como futbolista en la década de los 80, pero a ojos de todo el mundo es el dueño del Fénix, actualmente en Primera División charrúa pero históricamente oscilante entre categorías equivalentes a la Segunda y la Regional españolas.

Que fue una operación rara quedó reflejado en que nunca se supo a ciencia cierta por cuántas campañas fichó Darío Silva por el Málaga. Dos años después de su traspaso, Antonio Mendoza anunció la compra del 50 por ciento restante. La operación quedó fijada en otros 3 millones de euros para el Fénix. El club anunció que Darío firmaba hasta el 30 de junio de 2005 y que su cláusula de rescisión, hasta ese momento desconocida, ascendía a 60 millones de euros.

Desde entonces, la sombra de Paco Casal se alargó en el Málaga. Romero, Diego Alonso, OJ Morales y Chengue Morales llegaron de su mano. De hecho, en las entrañas de Martiricos siempre se pensó que estos dos arribaron en compensación por la salida de Darío Silva. El charrúa se marchó gratis al Sevilla teniendo aún dos años de contrato. Casal condonó la deuda que el club mantenía por no haber pagado aún la mitad del pase y, posteriormente, colocó al espigado ariete del Osasuna (30 años) por un montante de 1,5 millones. Desde Pamplona fue calificada como la mejor operación de la historia del club.

baiano

Fichar al Chengue, cuyo rendimiento en sus dos temporadas se juzgó mediocre, resultó más caro que retener a Fernando Baiano en la plantilla. Manuel Ruiz Hierro lo trajo como cedido en el mercado de invierno de la temporada 04/05 para arreglar el desaguisado con Gregorio Manzano en el banquillo. De la mano de Antonio Tapia, sustituto del jiennense, el brasileño firmó 9 goles en 17 partidos y rentabilizó altamente los 3 millones de euros que costó su cesión desde el club uruguayo Atlético Rentistas.

A la hora de negociar su compra, se desveló un complejo entramado sobre su propiedad: desde el 1 de enero de 2000, y con una duración de cinco años, sus derechos económicos pertenecieron a Herminio Menéndez, socio en España del agente brasileño Juan Figger, a su vez dueño fantasma del famoso Rentistas, como Casal en el Fénix. En esas cinco temporadas, Baiano jugó en Corinthians, Internacional de Porto Alegre, Flamengo, Wolfsburgo, Sao Caetano y Málaga, nunca en el Rentistas, en el que cobró una ficha de 39,5 euros al mes. Así lo denunció a la FIFA Manuel Pericet, a quien Baiano firmó como representante unilateralmente en diciembre de 2004, algo que luego no fue ratificado por las leyes futbolísticas. Esa maraña sobre su propiedad deportiva y económica, así como problemas en una rodilla detectados durante su reconocimiento médico, llevó al Málaga a desestimar su incorporación.

insúa

La llegada de Federico Insúa completa la lista. El 25 de julio de 2207, a través de su web oficial, el Málaga anunció la llegada del elegante zurdo como cedido por Independiente. Nadie había descubierto las negociaciones de Carlos Rincón, por entonces asesor en materia de fichajes, por un jugador con buenas referencias en Argentina. El Pocho -cuyo tránsfer llegó el día anterior a que el Málaga empezara la Liga por el embargo de las cuentas de Independiente- llegó de la mano de sus agentes, Alberto Lavalle y Alejandro Bouza. Apenas trascendió que regentaban una sociedad argentina con sede en Montevideo. Dicha empresa se llamaba Fauley Training y cedió el 50 por ciento del pase al Málaga. Tras desestimar su compra, posteriormente entre otros, venderían el 50 por ciento al Wolfsburgo y, el 80 a Boca Juniors en una polémica operación.

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