Golf

Tras el champán, una de espetos

  • Más de veinte años de intentos baldíos le ha costado a Jiménez hacerse con el trofeo de Crans-Montana, ahora sólo busca un momento de respiro en el chiringuito para descansar y poder afrontar la Ryder Cup

Aún se saborea el sabor del champán con el que se celebró el preciado torneo suizo que en más de una veintena de ocasiones se le había resistido a Miguel Ángel Jiménez. "¡Ya era hora!", exclamaba ayer feliz el golfista, quien reconocía que "le tenía muchísimas ganas y por fin lo he conseguido".

Un triunfo sufrido, que tuvo en el duelo del malagueño con Molinari el principal aliciente. "Pese a salir a jugar muy tranquilo, yo iba haciendo birdies, aunque Molinari también iba jugando muy sólido, y de repente se dio la vuelta a la tortilla. Parecía que Molinari venía montado en un pura sangre y a mí me faltaba el aire", sentencia el de Churriana, que vio en el hoyo 16 la oportunidad para sentenciar, terminar de salvar la distancia de tres golpes con el turinés y llevarse el galardón. "No quería irme a Málaga sin él, esta vez no", asegura.

Con la victoria del domingo, Jiménez consiguió su tercer triunfo en lo que va de temporada. Dubai, Francia y ahora Suiza, una trayectoria que desde que el sueco Johan Edfors lo lograra en 2006 nadie había sido capaz de repetir, lo que viene a demostrar el gran momento en el que se encuentra el malagueño. "Había tres torneos a los que quería hincarle el diente desde hace tiempo y parece que se resistían, y este año he conseguido los tres. Los tenía entre ceja y ceja, pues he sido segundo varias veces, y muchas he estado dentro del top ten", reconoce. Con estas tres victorias, Jiménez asegura haber cumplido unos de sus objetivos y ahora sólo quiere "seguir jugando y disfrutando con el golf, que es lo que más me gusta y es el objetivo que me marco a diario".

Tras haberse hecho con el Master europeo, busca el reposo en la Costa del Sol porque "el coco no da para más". "Llegué a Crans-sur-Sierre reventao, cinco semanas son mucho tute", espeta. Su plan a partir de hoy es acomodarse en el chiringuito, donde "nadie me va a mover": "Sólo sueño con el chiringuito y unas sardinas, y luego más sardinas y más chiringuito, necesito un buen descanso".

Considera el año 2010 como "algo más especial, pues tengo 46 tacos y, a pesar de que debería estar de vuelta, sigo en el candelero y no me puedo quejar". Aunque a la presente acompañan de igual manera las logradas en 1999 y 2004, "también magníficas, aunque no se pueden comparar".

Con la victoria del domingo, Miguel Ángel Jiménez se coloca octavo en la clasificación europea en la carrera a Dubai. Aunque mucho más importante es su ascenso de un puesto en el ranking mundial respecto a su posición del fin de semana anterior. Ahora ocupa el lugar 38, once por encima de su posición final de la temporada pasada. Los años dorados reseñados por Jiménez acabaron en el 99 con el churrianero en el puesto 21 y en 2004, pujando por entrar en el top ten mundial con un ajustado número 12 tras haber competido contra el austriaco Adam Scott por la undécima posición que finalmente se le escapó por un promedio de 0.01. Sin embargo, en el mismo fin de semana de 1999, el malagueño ostentaba el número 41 de la tabla, con lo que se demuestra que pese a su edad aún tiene mucho que decir en lo que queda de temporada a la que le podría poner el broche perfecto con la Ryder Cup.

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