Final

Una cita con la historia

  • El famoso penalti de Panenka en 1976 evitó que la Alemania de Beckenbauer lograra lo que la selección española persigue el domingo en Kiev: ganar tres grandes títulos consecutivos.

El famoso penalti de Panenka en 1976, tan de moda en la actual Eurocopa, evitó que la Alemania de Franz Beckenbauer lograra lo que España persigue el domingo en la final de Kiev: el tercer gran título consecutivo, algo de lo que ni siquiera puede presumir Brasil. El lanzamiento desde los once metros de Antonin Panenka y el título continental de Checoslovaquia no impidió que aquella Alemania del Kaiser, Paul Breitner, Sepp Maier, Uli Höness y Gerd Müller, campeona de Europa en 1972 y del mundo en 1974, pasara a la historia como una de las grandes selecciones de todos lo tiempos. Quizás tampoco influya en el juicio futuro a España lo que ocurra el domingo en Kiev, donde quiere lograr algo inédito.

Brasil coleccionó cinco grandes finales seguidas con la ventaja de que la Copa América se disputaba cada dos años, pero nunca sumó tres trofeos consecutivos: fue campeón del mundo en 1994, subcampeón de América en 1995, campeón continental en 1997, subcampeón del mundo en 1998 y ganador de la Copa América en 1999. La canarinha tuvo más tarde de nuevo el hito en su mano: fue campeona del mundo en 2002 y logró el título suramericano en 2004, pero se estrelló en cuartos de final de Alemania 2006.

La Francia de Zinedine Zidane, campeona del mundo en 1998 y de Europa en 2000, estuvo más lejos al fracasar de forma clara en la primera fase de Corea/Japón 2002.

"Esperemos que la gente nos recuerde de por vida, ¿quién nos iba a decir que en cuatro años estaríamos haciendo tantas cosas por el fútbol español?", dijo el capitán del equipo, Iker Casillas, después de superar a Portugal en Donetsk en la tanda de penaltis y acceder a la tercera final seguida tras haber ganado las de la Eurocopa 2008 y el Mundial 2010. "Estamos haciendo historia, pero ahora queremos hacerla del todo", dijo inconformista Xavi Hernández, al que no le vale sólo con llegar a la final. España ansía además su tercer título europeo, lo que le igualaría con Alemania.

El secreto del éxito español hasta ahora no hay que buscarlo en su monopolio de la pelota ni en su centro del campo creativo, sino en su titánica defensa. El miércoles, Casillas y España cumplieron seis años exactos sin encajar goles en un partido de una fase final de un gran torneo, un total de nueve partidos: tres de la Eurocopa de 2008, cuatro del Mundial de 2010 y dos del actual torneo continental. "Sigue siendo una de las mejores aunque no esté jugando tan espectacular. Tienen una de las mejores defensas, conceden muy poco", analizó el seleccionador alemán, Joachim Löw.

Su homólogo español, Vicente del Bosque, rechaza etiquetas de "defensivo". "Nosotros no pretendemos sólo salir a defender. No se nos puede catalogar como un equipo defensivo, pero es cierto que estamos jugando bastante mejor en defensa de lo que parecen las características de nuestros jugadores. Estamos contentos y es una buena base para lograr triunfos". Y además de la calidad, la experiencia para jugar partidos decisivos y el control, España contó el miércoles ante una Potugal que le generó un cortocircuito con la suerte como aliada, necesaria siempre en la tanda de penaltis. El diario The Wall Street Journal se preguntó al comienzo del torneo si España era el mejor equipo de la historia. Pese a las dudas que despierta su juego, tildado por algunos como "aburrido", el equipo de Del Bosque podría dar una respuesta el domingo.

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