Fútbol l Liga BBVA

Muy cómodo para el Madrid

  • Un gol de Carvalho en el minuto 13 allanó el camino para los locales · El Atlético se quedó en el intento

El Real Madrid venció un derbi cómodo, plasmando su superioridad en veinte minutos iniciales de buen fútbol con goles de Ricardo Carvalho y Özil ante un Atlético de Madrid gris, víctima de una maldición a la que no encuentra soluciones.

Siempre existirá una rivalidad histórica entre dos viejos enemigos, pero el gran derbi madrileño ha perdido encanto en sus últimas ediciones. Sin polémicas en la previa y con triunfos madridistas en 11 años consecutivos que alimentan una maldición que parece no tener fin para el Atlético.

El escenario en el que se presentaba el encuentro era tan desigual que nadie se extrañaba de ver un 2-0 en el marcador a los 19 minutos. Pocos creían en el Atlético. De nuevo el pesimismo rojiblanco. Traspasa barreras y cala en la plantilla, pese a que el primer objetivo de Quique Flores fue fulminar el calificativo de El Pupas para un equipo que firmó un histórico doblete la pasada temporada.

En el polo opuesto está instalado el Real Madrid de José Mourinho. La moral por las nubes. Disfrutando de una dinámica que le hace saltar al campo con hambre de éxito, con la victoria como único pensamiento. Este año evitaron el gol inicial del Atlético. Golpearon primero con un inicio arrollador que destrozó el planteamiento de Quique.

Mourinho había anunciado el once. No tenía nada que esconder. Quique buscó el achique de espacios. Juntó sus líneas bajo un 4-4-2 en el que Mario Suárez fue la novedad en el centro del campo y junto a Tiago cayó en la lucha con Xabi Alonso y Khedira. Es donde el Atlético comenzó a perder la batalla. Ante el ritmo frenético del Real Madrid, el Atlético buscaba la calma, pero no encontraba el esférico.

A los 13 minutos, en una acción protestada por los rojiblancos que pidieron falta de Xabi Alonso sobre Reyes, nació una acción que acabó en pase de Di María desviado por Ujfalusi, del que se aprovechó a placer Carvalho que pasaba por allí. Con todo a su favor superó con facilidad la salida de De Gea.

Buscó la espalda de los laterales el Real Madrid con Xabi Alonso dando clases del pase en largo, hasta que apareció Özil. Destila calidad en cada acción. Dejó un gesto técnico pegado a banda con túnel y recorte ante dos rivales que levantó a la afición del Bernabéu. No se había sentado cuando aceptó el regalo de De Gea en una falta lateral, tapada solo con dos hombres, ajustando el zurdazo al palo largo sin reacción para el joven portero.

Casillas, en cambio, sí fue decisivo cuando el Real Madrid bajó el ritmo. Intervenciones a dos disparos del Kun, aliado con su defensa en un balón muerto que desperdició Forlán y luciéndose con una parada llena de reflejos a testarazo de Domínguez y una palomita a mano cambiada como respuesta al zurdazo colocado de Reyes.

Eran los mejores minutos visitantes, recta final del primer acto, pero en la reanudación, el Real Madrid se sintió con los deberes hechos y su rival los tenía por hacer. Higuaín y Forlán dispararon a los postes, pero poco más se dio. El cuadro de Mourinho había vuelto a ganar. Como casi siempre.

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