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El más contundente de la historia

  • El equipo firmó el triunfo más amplio en los 28 años de vida de la ACB (56), desde la temporada 85/86 en posesión de Real Madrid y Barcelona · Se quedó, además, a cuatro puntos de su tope anotador

Festín en el Carpena. Fiesta en toda regla para aliviar una temporada que ha dado de todo menos alegrías a una afición que comenzaba a renegar de su equipo. Hay muchas ganas de diversión y el paladar cajista saborea cada momento que le permite disfrutar con su equipo y olvidar las penas pasadas. Ayer echó el resto y se dejó llevar por un ambiente mágico. Ni un alma abandonó el Palacio en los minutos finales, algo desgraciadamente habitual por estos lares cuando el partido está decantado. Hay déficit de buenos ratos y eso puede con el incómodo atasco de después. Con 88-47 y seis minutos y medio aún por disputar, un tiempo muerto sirvió para que el Carpena se pusiera en pie y ovacionara a los suyos. Inaudito. También para que se levantara una gigantesca ola que recorrió la grada varias veces.

Mientras tanto, sobre el parqué, aún había tiempo para que Carlos Jiménez demostrara que no necesitará proceso de adaptación para ser el que era antes de su lesión, para que Blakney y Garbajosa se retiraran como héroes, para que Blanco olvidara sus fantasmas a base de triples y mates y para que Sinanovic rubricara otra actuación memorable. Defensa a defensa, canasta a canasta, el Unicaja siguió hurgando en la herida verdinegra mostrando la ambición propia de un equipo con ganas de gloria. Y así, punto a punto, fue poniendo la firma a un partido de auténtico récord.

El eficiente departamento de comunicación de la ACB lo rubricaba minutos después del encuentro: el triunfo por 111-55 del Unicaja había sido el mayor en la historia de la ACB. Nunca un equipo logró derrotar con tanta contundencia (56 puntos) a su rival en los 28 años de historia de la liga auspiciada por la Asociación de Clubes de Baloncesto. El honor hasta ayer recaía en el Real Madrid de Corbalán, Fernando Martín y Biriukov y en el Barcelona de Solozábal, Epi y Sibilio, que en la temporada 1985/86 consiguieron derrotar por 55 puntos al Clesa Ferrol (116-61) y al Leche Río Breogán (82-137), respectivamente.

La voracidad ofensiva del equipo malagueño fue tal que se quedó a un sólo punto de igualar su mejor anotación en casa (112 puntos en enero del año pasado frente al CB Granada) y a cuatro de la mejor de su historia (115 en diciembre de 2005 en el Palau Blaugrana). La de ayer fue, además, la más alta de la actual temporada y la tercera en la que superó la centena de puntos (104 ante el Lottomatica Roma y 105 frente al CAI Zaragoza).

Pero la gloria no fue únicamente grupal. Y es que hubo jugadores para los que el día de ayer fue muy especial estadísticamente hablando. El protagonista principal fue el gigante Nedzad Sinanovic, que en la tercera ocasión que logró ser el MVP del equipo firmó su primer doble-doble con la camiseta del Unicaja (19 puntos y 17 rebotes) y superó sus topes en anotación (19), valoración (30), rebotes defensivos (11), rebotes ofensivos (6) y rebotes totales (17). Le secundaron Saúl Blanco y Roderick Blakney, ambos con su mejor valoración como cajista (24 y 21 respectivamente), y Pablo Almazán, que batió sus registros de asistencias (3) y tiros de dos convertidos (2).

Todo ante un rival al que el subconsciente cajista se la tenía jurada desde aquel 20 de diciembre de 2006 en el que, con Aíto García Reneses al frente, le pasó por encima en el Olimpic de Badalona en un partido de Euroliga (105-52). Ayer, la cuenta quedó saldada. Con un regusto muy dulce.

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