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El crédito de Aíto se agota; no es intocable

  • Los malos resultados y las decisiones del técnico desconciertan en el club, que no maneja aún medidas drásticas, pero que ya se plantea tomarlas si se consuma la ausencia en la Copa del Rey

En los dos últimos años y medio ha habido pocas certezas en el Unicaja. Una de ellas es que Aíto García Reneses era intocable. Se le tenía como el entrenador ideal para llevar la nave cajista a los mejores puertos. La percepción ha cambiado. Los malos resultados, acompañados por las discutibles decisiones del técnico, han reducido el crédito casi infinito que había depositado durante un trienio en el entrenador más lauredo del baloncesto patrio en la era ACB. Se va agotando progresivamente. Y el cero se ve cerca. No hay un ultimátum ni nada parecido a día de hoy. Pero si se consumara la ausencia por segundo año consecutivo en la Copa del Rey, algo que puede confirmar virtualmente si se pierde el sábado ante el Barcelona, el Unicaja sí se plantearía un cambio en el banquillo.

No es amiga la entidad cajista de cambios radicales en la dirección. En los últimos años, apenas Paco Alonso no cumplió su contrato y fue relevado con la temporada comenzada. Y con unas connotaciones especiales, cuando el propio técnico admitió que no quería continuar. Antes y después, se mantuvo contra viento y marea a cualquier técnico. Y es la intención con Aíto, que tiene contrato hasta el próximo mes de junio. Salvo un cambio radical impensable a día de hoy, está decidido en el Unicaja que la próxima temporada no será técnico del club. Falta por ver si se aguanta hasta el 30 de junio.

El mensaje interno en el Unicaja es que se atraviesa una época complicada desde el punto de vista financiero, algo obvio, y que el fondo del que otrora se tiraba para tapar huecos y remendar es ahora poco hondo. Se intentan evitar grandes dispendios en forma de rescisiones de contratos. De ahí que continúen, por ejemplo, Guille Rubio o Giorgos Printezis en el equipo. Se les buscó acomodo en verano, pero nadie les quiso con sus fichas. En otra época se les hubiera indemnizado. Ahora no, hay que apechugar con lo firmado. Algo parecido se vive con Aíto, que percibe una elevada ficha que ronda el millón de euros en Málaga. Pagar finiquito y buscar entrenador es caro. El club asume que no puede ser tan competitivo como a mediados de la década recién acabada, en gran parte también por la salvaje inversión de Real Madrid y Barcelona, pero se piensa que hay una plantilla para estar de manera sobrada en la zona de play off y en la Copa del Rey y no pasar tantas fatigas.

Tras una buena primera temporada, con una estructura de plantilla heredada, el nivel de resultados con Aíto ha descendido hasta extremos que desconciertan en el club. El año pasado se admitió la excusa de la plaga de lesiones y el mal inicio. Se confió en el entrenador y el final fue esperanzador, con la eliminación del Power y la presencia en semifinales. Pero en esta temporada las coartadas se acaban. Se cumplió con solvencia estando en el Top 16. Pero el desplome del último mes es muy preocupante. Desde que se venció al Olympiacos el 9 de diciembre se han perdido cinco de los últimos seis encuentros. De tener la Copa a tiro (6-3 de balance) se ha pasado a un equilibrado 7-7 que no da para acudir a Madrid salvo victoria en el sprint final de la primera vuelta. Y no estar por segundo año en la fiesta del baloncesto español sería un palo gordo para el patrocinador.

Más allá de los resultados, las decisiones y medidas del técnico desconciertan. No se le han cuestionado decisiones técnicas desde el club, todo jugador llegó con su plácet. Se fichó, por iniciativa suya, a Panchi Barrera, que no ha jugado en el último mes, desechado por su valedor. Pese a ello, viaja a Badalona para calentar banquillo como cuarto base y se queda en Málaga Augusto Lima, que esta semana no viaja con el Clínicas a Galicia para un doble partido.

Se ha depreciado hasta el mínimo al jugador mejor pagado de la plantilla, Printezis, que llegó con su visto bueno la pasada temporada. Seguro que no vale lo que se le paga, pero sí más de lo que el técnico le saca de rendimiento. La rotación exterior e interior chirría, hay constantes bandazos. Berni y Saúl han perdido toda confianza cuando habían comenzado la temporada a gran nivel. El capitán anota tres triples en Badalona y se le sienta al primer fallo. No se entiende tampoco en el club que, por ejemplo, el equipo no se entrene ayer y que regrese por la mañana desde Barcelona sin su entrenador, que volvió por la tarde.

El vestuario también duda del técnico, incluso los jugadores más cercanos y más próximos a la filosofía del técnico. Hay detalles significativos. Por ejemplo, varios jugadores trabajan por su cuenta el aspecto físico porque consideran insuficiente la carga de trabajo para aguantar el ritmo de dos partidos por semana. Y no se entienden las rotaciones, los cambios, la falta de ideas. También sorprendió que en la mañana del día 26, después de un par de días de descanso navideño, hubiera un control de alcoholemia. La plantilla no se puede ir de rositas, evidentemente, en esta situación que se atraviesa. También tiene su cuota de culpa.

El club tampoco entiende algunas ruedas de prensa del entrenador, con constante apelación a los árbitros y con argumentos pobres. Tampoco es ajeno a la situación de crispación creciente que se vive en el Martín Carpena con el entrenador. En la presentación del partido ante el Lagun Aro sorprendió la intensidad de los pitos hacia Aíto, acostumbrado a vivir estas situaciones, tanto en Badalona como en Barcelona. El técnico acabó triunfando en los dos sitios, en diferentes etapas, pese a que la grada estuvo en contra en algún momento. Dos nombres de entrenador que gustaban mucho en Los Guindos, Svetislav Pesic y Txus Vidorreta, han encontrado acomodo en Valencia y Alicante. El Unicaja espera no tener que prescindir de Aíto, pero lo que hasta ahora era implanteable ya sí lo es. Los resultados mandarán.

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