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Quién no tiene culpa

  • La mala situación deportiva pone bajo la lupa a los pilares fundamentales del club. La afición señaló a Al-Thani frente al Betis y Javi Gracia ha esquivado por ahora el plebiscito.

En tiempos de malos resultados, los dedos índices trabajan más de la cuenta. El pasado sábado, en el tramo final del partido contra el Betis, durante un momento sonaron cánticos bien audibles en contra de Al-Thani. Y, en menor medida, a los directivos. Aunque muchas veces estas crisis de resultados se convierten en una competición de quién tiene la culpa de lo que está ocurriendo, mejor hacer un barrido por los principales pilares del club para estudiar posibles errores. A priori, deberían ser jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. En el caso del Málaga se distingue un cuarto, el del dueño y presidente, que conviene desligar de los dirigentes del día a día.

A Al-Thani ya ni se le toma en serio

La afición empezó a mostrar su hartazgo por la mala clasificación señalando al que está encima de la pirámide. Si en los primeros tiempos parecía intocable y nada malo se podía decir de él, ahora un sector importante de aficionados de hecho se lo toma a pitorreo. Ciertamente, su currículo de promesas incumplidas es importante (el jueves se cumplirá un mes desde que dijo que vendría pronto y que llegaba "el momento del cambio") y ha reducido su protagonismo a intermitentes declaraciones a través de Twitter. Desde que comunicó a los dirigentes hace casi tres años que se acababa el grifo de su inversión, su figura pasó a un segundo plano. Su inacción es palpable, son los dirigentes presentes el Málaga los que llevan el día a día y buscan fórmulas económicas para la subsistencia, como él mismo ordenó que había que hacer.

La política de la directiva está llena de riesgos 

Su política económica y deportiva siempre está en entredicho. No sólo por las continuas ventas que se producen cada vez que llega un mercado, tanto de verano como de invierno, sino porque en la mayoría de ellas acabaron yéndose más futbolistas de los anunciados o desvelaron una situación de necesidad financiera no comunicada con anterioridad. De hecho, se les suele censurar que no informan de las situaciones de manera totalmente transparente o se hace a toro pasado. Incluso algunas no se llegaron a contar, como los tratos con el fondo de inversión de Edmundo Kabchi para obtener ingresos extraordinarios. Están condicionados por la particular personalidad del propietario pero aun así siguen sin encontrar la fórmula de reflotar la entidad sin tener que propiciar cada temporada un proyecto de riesgo. Es eso lo que más se le achaca, que tras la salida de jugadores que eran puntales para el equipo la política haya sido de nuevo a bajo coste, con la excepción del esfuerzo que se hizo para adquirir en propiedad a Amrabat.

Si se le acusa a Casado de que el dinero de las ventas no repercute de manera óptima en la planificación deportiva, a Mario Husillos se le achaca una mala selección de sustitutos para los Samus, Juanmi o Darder, así como una falta de entendimiento con Javi Gracia a la hora de planificar. La jerarquía de la entidad dicta que el director deportivo decide el tipo de filosofía y por tanto busca los jugadores que se adaptan a ella, pero este verano no existió mucho paralelismo entre lo que perdió Javi Gracia en su plantel y lo que vino a cambio.

Las decisiones rígidas de Javi Gracia

Llama la atención que a estas alturas el técnico no haya recibido críticas a nivel público (sí las hay de un sector concreto en las redes sociales). Pero La Rosaleda no se ha pronunciado en su contra. Eso es fruto del respeto al que se hizo acreedor el año pasado y habla de que la afición ve a un equipo trabajado, más allá de sus evidentes carencias.

La principal crítica para el navarro pasa por su rigidez táctica y tozudez a la hora de no alinear a jugadores o hacerlo en posiciones diferentes. Ahí queda el ejemplo de Cop, espigado delantero que no es rápido y que él se empeña en usar como revulsivo por la banda en cada partido. Es su forma de protestar por lo que él considera una evidente carencia en la plantilla, pero ello no está aportando nada al equipo. Al contrario, está poniendo al croata en el ojo del huracán, al que se compara con Javi Guerra (ocho goles) y Borja Bastón (seis), que pudieron venir en su lugar. Gracia considera que no tiene jugadores para hacer algo parecido a lo del año pasado y aun así se empeña en jugar su 1-4-2-3-1 y no probar nuevas soluciones. En pretemporada apostó mayoritariamente por jugar con dos delanteros (gracias a lo cual Cop se convirtió en el goleador estival) y todavía no ha apostado por esa solución en Liga.

Un grupo en el que falta gol, líderes y calidad 

El análisis del grupo confeccionado hablaba de un plantel con menos calidad que el año pasado pero más gol. Sin embargo, los números ofensivos del Málaga son un sonrojo a nivel europeo (sólo cinco goles marcados en dos partidos). Calidad aparte, y con el gran asterisco que está suponiendo el daño por las lesiones, apenas unos pocos están tirando del carro. Incluso el propio Pablo Fornals, debutante esta temporada, se tuvo que echar el equipo encima en campos como Mestalla o El Molinón, partidos en los que falló más de la cuenta por sus ganas de agradar. Duda, muy criticado por su mal hacer este año a balón parado, es, a sus 35 años, el que está echándose encima el peso de la creación, faceta en la que también se está intentando aplicar Tissone, pese a no ser su fuerte. Jugadores como Horta, Boka, Albentosa, Recio, o Cop no pueden o no quieren por diversas circunstancias. Gracia cuenta con los dedos de las manos los jugadores de su cuerda o a los que dar responsabilidades.

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