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Davidovich: "Antes solía ser una persona mucho más hiperactiva y ansiosa"

  • El malagueño reflexiona sobre su crecimiento profesional y personal en los últimos meses

Davidovich, en el momento del saque en el partido del martes.

Davidovich, en el momento del saque en el partido del martes. / efe

Alejandro Davidovich sigue con esa línea ascendente de crecimiento de los últimos meses, donde ha ido saltando muros de manera periódico. El último y más alto fue en el Masters 1000 de Montecarlo, donde derrotó por primera vez a un tenista que está dentro de los 10 mejores del mundo. Lo rozó con Sasha Zverev y Diego Schwartzman y cayó frente a Matteo Berrettini. Un premio a esa progresión y que le valió para colarse en los octavos de final, que disputará este jueves frente al francés Lucas Pouille (86 del mundo). El galo se impuso en la ronda anterior a Alexei Popyrin (5-7, 6-2, 3-6) y es el siguiente escollo del pupilo de Jorge Aguirre. 

"Estoy muy contento con esta victoria. Estoy muy emocionado de derrotar a un jugador top 10", aseguraba el de La Cala del Moral después de eliminar al transalpino, mientras ponía en perspectiva el triunfo: "El año pasado me enfrenté a un par de jugadores top 10 y estuve cerca, pero no pude cerrarlos. Pero aquí estoy mejorando cada día, estoy jugando cada vez mejor. También sabía que Matteo estaba volviendo de una lesión y no tendría mucho ritmo. Pude aprovechar eso".

Nadie mejor que él para evaluar la cuesta que está subiendo, especialmente después del confinamiento por el COVID-19. De ahí a entonces pegó un salto muy grande y que ahora se centra en consolidar. "Antes solía ser una persona mucho más hiperactiva y ansiosa. Quería terminar cada punto en tres tiros, pero cuando evolucionas como jugador te das cuenta de que el tenis no se trata de ganar en tres tiros. Se trata de mantener la calma mental y sentirse estable", reflexionaba Davidovich ante los medios, donde tiraba de psicología, un aspecto clave para la madurez que está alcanzando en su juego: "Tienes que aprovechar tus oportunidades, pero también reconocer que puede haber más oportunidades por venir si no puedes". 

El malagueño sigue adelante en Montecarlo, segunda etapa de la temporada en tierra. En Marbella hubo una de cal y otra de arena. Sacó adelante su propia plataforma de mediación animal, una iniciativa necesaria y generosa por la que fue ampliamente aplaudido por muchos sectores. Pero también encajó una derrota dolorosa frente al bielorruso Ivashka, en un torneo en Puente Romano donde era uno de los grandes aspirantes y había muchos focos sobre él. Sin duda, una experiencia que traerá mucho aprendizaje de aquí en adelante. Ahora en suelo galo el nivel de exigencia sube varios peldaños y está respondiendo. En caso de ganar a Pouille le espera el vencedor del duelo entre el chileno Cristian Garín y el griego Stefanos Tsitsipas, cinco del mundo. 

Semanas importantes para Davidovich, ahora raqueta número 58 del ránking ATP. De este Masters 1000 debe salir cerca de la frontera del top 50, siendo el 51 su techo. Si avanza una ronda más escalará otros buenos puestos. Un aspecto que no es baladí porque de fondo está la carrera por ser el cuarto mejor español. Ahora es el quinto, con Rafa Nadal, Roberto Bautista y Pablo Carreño como objetivos por ahora inalcanzables. La pelea está con Albert Ramos-Viñolas, actualmente en el puesto 46 y a menos de 500 puntos. Por ahí puede estar el billete a los Juegos Olímpicos de Tokio. Un gran aliciente de esta temporada y uno de los sueños del malagueño. Un desafío accesible. 

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