Fórmula 1 l Pretemporada

El decorado se pinta de rojo y gris plata

  • Los ensayos antes del Mundial confirman que Renault está un escalón por debajo de Ferrari y McLaren y que sobre el papel tendrá que luchar con BMW, Williams o Red Bull

La temporada 2008 de Fórmula 1 comenzará el 16 de marzo en Australia con el mismo equilibrio de fuerzas con el que se despidió en Brasil en octubre: el paso de Fernando Alonso a Renault no ha conseguido evitar el duelo que se espera entre Ferrari y McLaren-Mercedes. En las 17 carreras del campeonato anterior siempre logró el triunfo un bólido rojo o plateado. Tras lo visto durante la pretemporada, nada indica que en Melbourne se invierta la tendencia. "Hay dos equipos rivales, como el año pasado. Por detrás hay otras escuderías, con dudas sobre lo que pueden ofrecer". La sentencia es del alemán Michael Schumacher, heptacampeón del mundo ya retirado pero probador de Ferrari.

Es un juicio compartido masivamente en el paddock tras los tests de pretemporada que concluyeron el miércoles en el Circuit de Catalunya. Aún se podrán ajustar los coches, pero la última prueba real sobre el asfalto será el viernes antes del Gran Premio de Australia, sin apenas tiempo.

No parece que haya que ajustar mucho en el F2008 de Ferrari. "El progreso es claro y en todos los sentidos. El nuevo coche supera en todo al F2007. Estamos preparados para luchar por la victoria en cada carrera", confirmó Schumacher, que se olvidó de la cautela que mostraron los pilotos Kimi Raikkonen, actual campeón del mundo, y Felipe Massa. "Probablemente Kimi (Raikkonen) sea el gran favorito, pero no es seguro. Ya no es tan obvio, según los tiempos", apuntó Nico Rosberg, una de las sorpresas de la pretemporada por el avance que ha experimentado Williams.

También ha dado un paso adelante Red Bull, con los veteranos David Coulthard y Mark Webber. Quien parece más estancado es BMW, que no se acerca de momento a Ferrari y McLaren.

En Renault, la mejora respecto al año pasado es evidente, pero está lejos de ser la soñada por Alonso, el bicampeón mundial que quiere devolver a la escudería francesa al nivel de 2005 y 2006. "Queda mucho por hacer, nos queda un largo camino en febrero", dijo Alonso en la presentación del R28 el 31 de enero en París. "No estamos a la altura. A final de febrero hay que estar sí o sí más cerca del medio segundo o del segundo que nos distancia ahora de McLaren y Ferrari. Si no, ir así a Australia sería triste", pronosticó.

Pasado un mes, tras lo visto en los tests y salvo sorpresa (más bien milagro), será "triste". "Podemos salir séptimos. El podio es un sueño, no un objetivo", dijo Alonso la pasada semana en Barcelona.

Lo refrendó en una entrevista el martes. Su compañero, el joven brasileño Nelsinho Piquet, confirmó también esa desazón. "En una situación normal no vamos a ganar ninguna carrera", dijo el piloto debutante, centrando su mirada más en BMW, Williams y Red Bull que en Ferrari y McLaren.

Los ánimos no han variado en todo el mes, pese a los cambios en el coche. El martes, el R28 del español estrenó aletas laterales. No funcionaron y el miércoles se quitaron. Se probó un alerón delantero, se cambió el morro. Y nada. Renault sigue estando tan lejos de la cabeza como el 31 de enero, tan lejos como estuvo el coche francés durante todo 2007.

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