No pudo ser. Las jugadoras de Manuel Hernández Navarrete pusieron todo sobre el terreno de juego, pero el colegiado y sus asistentes no estuvieron a la altura de un partido de la máxima categoría del fútbol femenino español. Sus decisiones perjudicaron en demasía a un Atlético Málaga que necesitaba la victoria para ir escalando posiciones en la tabla clasificatoria. La igualada sin goles cosechada frente al Sevilla permite inaugurar el casillero de puntos de las blanquiazules, pero no consigue aplacar la sensación de que merecieron más.

En la primera mitad, dos fuera de juego inexistentes, señalados por la asistente de Gómez Arias, privaron al conjunto local de irse al descanso con un marcador favorable y que hiciese justicia al juego demostrado por ambos equipos sobre el césped del Ciudad de Málaga. La circulación de balón de las jugadoras costasoleñas era buena, pero no se concretaba ante la meta defendida por Inés.

Ya en la segunda mitad, la jugada clave, a falta de 15 minutos para el final, fue un clarísimo penalti de Amparo, que desvió la trayectoria de la pelota con la mano, que el auxiliar no vio. Tales decisiones mermaron la concentración del conjunto local, contrariado por no lograr trasladar la superioridad mostrada sobre el campo al marcador.