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Una derrota gratuita (80-78)

  • Un Fuenlabrada sin efectivos en el juego interior vence a un Unicaja que distó mucho de su mejor versión. El equipo no tuvo la intensidad habitual ni el temple para manejar un partido favorable.

El Unicaja encajó una derrota gratuita en Fuenlabrada. Desperdició un triunfo que debía lucir en su casillero (80-78). Sacar un poco el pecho en la Liga Endesa propicia que alguien lo hunda rápidamente, aunque sea un Fuenlabrada remendado y en precario, sin juego interior (Mainoldi no jugó y Sené se rompió durante el partido) pero con coraje para regalar. Le faltó ayer al Unicaja esa actitud irreprochable que ha lucido en el 95% de los minutos que ha jugado esta temporada para acostarse como líder en solitario de la Liga Endesa.

Y tampoco existió la sapiencia y el manejo de los tiempos del partido. Fue superior el Fuenlabrada, que asumió todas sus carencias y se refugió en una zona que al Unicaja le costó digerir. La solventó de manera excelente en ataques sueltos, pero no tuvo la continuidad necesaria para horadar la confianza local. Fisac se entregó a una idea y le acabó saliendo bien, aunque el Unicaja tuvo una última bala. De manera inexplicable a Rowland se le fue el balón cuando se disponía a machacar y mandar el partido a la prórroga, obstaculizado por dos rivales pero con ventaja tras un pase de Fitch. Posiblemente le tocaron en la espalda. En esas jugadas finales suele haber lavado de manos arbitral si no hay una infracción clamorosa. Y ésta no lo pareció.

No es ningún drama, pero sí un aviso serio para lo que viene por delante. Ya lo dijo Mateo hace tiempo, "si no luchamos y estamos al 100% somos un equipo simplemente correcto". La actitud de ayer no valdría para la Copa o el Top 16. Es cierto que Fuenlabrada es una pista difícil y que la mentalización debe ser distinta. Pero no le sobra el talento al Unicaja, que si ha llegado donde está es porque ha peleado siempre y ha tenido una mentalidad granítica. Un Unicaja normal de esta temporada hubiera bastado para ganar. Se alaba la actitud fuenlabreña, pero la superioridad interior era tan tremenda que hasta los 21 puntos y los 10 rebotes de Freeland, en su enésima exhibición, parecieron pocos. La zona local intentó difuminar el desequilibrio. Pero no hubo soluciones, ni desde la pista ni desde el banquillo, para evidenciar esa superioridad.

Fisac, para resguardar su precario juego interior, colocó como cuatro a Lubos Barton, solución que ya empleaba Aíto en Badalona. Y el checo fue el que sostuvo al Fuenlabrada en un inicio arrollador del Unicaja. Estaba emparejado con Freeland, lo cual era un arma de doble filo. El poderío del inglés en ataque se convertía en un problema en defensa, con un contrario instalado más allá de la línea del triple. Barton metió tres de una tacada y tapó la escapada del Unicaja, que fue perdiendo fluidez conforme pasaban los minutos (9-11). Fue determinante, acabaría con 21 puntos sin fallo en el tiro. Justo cuando había ruido de sables, se rumoreaba su posible salida y llegaba Saúl Blanco.

El equipo malagueño anotaba fácil, con buen movimiento de bola. Un pase por la espalda de Peric a Zoric en una transición era un buen ejemplo. De Saúl, titular, no había noticias, salvo que era taponado por Zoric y Garbajosa en dos ataques.

Un marcador de 17-18 en el minuto 5 de partido anunciaba un partido alegre y tanteo alto. Pero no, se frenó ahí. De hecho, el Unicaja anotó lo mismo en los 15 minutos restantes del primer tiempo. El Fuenlabrada se fue soltando, vio que podía ganar el partido pese a la teórica superioridad rival. Tanto que se marchaba hasta los siete puntos de renta (36-29). Llegó un minuto clave, el 19. A Cortaberría se le salió un triple desde dentro que hubiera dado ventaja de 10 puntos a los fuenlabreños, Fitch respondió con un triple y en la siguiente jugada, Sené, techo local, se fastidió la rodilla. Volvería en la segunda mitad, pero se resintió.

Fisac empleaba una rotación interior formada por Barton, Javi Vega, Adrián Laso y Massine Fall. En LEB los hay bastante mejores, siempre con el debido respeto. Pero tras la marcha de Ayón y las lesiones de Mainoldi y Sené, era lo que había. La muñeca de Penney salía de vez en cuando, Sergio Sánchez tomaría después el testigo. El Unicaja llegaba con vida al descanso (40-36).

El paso por los vestuarios espabiló al Unicaja, que conectó mejor en el tercer cuarto, parecía haber encontrado las llaves para llevarse el triunfo. Un parcial de 0-10, con dos triples de Valters incluidos, dio paso del 55-50 al 55-60. Parecía cuesta abajo el encuentro, había cambiado el viento con los mejores minutos, con un punto más de intensidad defensiva que permitía correr, con Freeland surtido adecuadamente de balones.

Pero no, el Fuenlabrada se montó encima con cinco triples consecutivos sin error, el último de ellos del dañino Barton. El partido se escapaba (75-68), pero bajó ese acierto sideral el equipo de Fisac y el Unicaja encontraba réditos en su lógica superioridad en el rebote. Un milagroso balón robado permitió a Garbajosa dejar el partido a dos (78-76) a falta de 26 segundos. Se entró en el carrusel de tiros libres. Sergio Sánchez falló uno, Valters metió los dos y el gaditano volvió a errar otro. Con casi seis segundos (80-78), saque de fondo cajista (ya no había tiempos muertos disponibles), Fitch podía haber escogido un triple forzado, pero la asistencia pareció buena porque dejaba a Rowland en ventaja. Pero el balón se escurrió. Una síntesis perfecta del partido.

Ficha técnica:

80.- Baloncesto Fuenlabrada (19+21+19+21): Sergio Sánchez (12), Saúl  Blanco (9), Cortaberría (8), Barton (21) y Sené (7) -quinteto inicia- Colom (4), Penney (13), Laviña (2), Vega (-), Laso (2), Fall (2) y Muñoz (-).

78 - Unicaja (20+16+26+16): Rowland (5), Zoric (12), Fitch (7), Peric (8) y Freeland (21) -quinteto inicial- Valters (11), Rodríguez (5), Payne (-), Garbajosa (9), Sinanovic (-) y Abrines (-).

Arbitros: Juan Carlos Mitjana, Oscar Perea, Castillo. .

Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimoquinta jornada de liga de la Liga Endesa de Baloncesto, disputado en el pabellón Fernando Martín de Fuenlabrada (Madrid) ante 5.091 espectadores. El local Leo Mainoldi no pudo jugar al no superar las pruebas a las que fue sometido antes del partido.

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