Tenis l Abierto de Australia

Los desafíos de un campeón

  • Nadal se marca el reto de conquistar el US Open para convertirse en el tercer tenista de la historia que gana los cuatro 'grandes' en un año · El balear se ilusiona con un 2009 que "ya es una gran temporada"

Un masaje en la habitación de su hotel fue toda la celebración que Rafael Nadal se permitió tras la conquista de su primer Abierto de tenis de Australia. El cansancio tras más de cuatro horas de final no invitaba a nada más, y el número uno del mundo tampoco quiere relajarse cuando la temporada no hizo sino comenzar.

"El objetivo es pensar en lo que viene, Rotterdam. Aquí no hay margen para la relajación", dijo ayer Nadal a un grupo reducido de periodistas en su hotel de Melbourne, apenas unas horas después de derrotar pasada la medianoche local al suizo Roger Federer por 7-5, 3-6, 7-6 (7-3), 3-6 y 6-2.

Vestido con camiseta a rayas y jeans, el español recordó los momentos más emotivos de la final del domingo, pero habló sobre todo de los desafíos que presenta 2009, un año que, tras su triunfo en Australia, "ya es una gran temporada".

Nadal se convirtió en Melbourne en el primer tenista desde el estadounidense Andre Agassi que gana un título de Grand Slam en tres superficies diferentes. A los triunfos sobre la arcilla de Roland Garros y la hierba de Wimbledon, el número uno añadió ahora la cancha dura de Australia.

Sólo el US Open falta en la vitrina de trofeos del español, que, de lograrlo, emularía a Fred Perry, Roy Emerson y Agassi, quienes ganaron en los cuatro grandes aunque no de forma consecutiva.

"Más que un objetivo, es una ilusión", advirtió Nadal, de 22 años. "El US Open es un torneo que siempre me ha costado más. He mejorado con los años e hice semifinales en 2008. Fue una pena que llegase tan cansado".

También hizo semifinales en 2008 en Australia y este año se llevó el título. Por eso la pregunta de si es capaz de ganar el Grand Slam, los cuatro grandes en un año, resuena en las cabezas de todos los aficionados al tenis. "Claro que me motiva, pero también me motiva ganar 300.000 torneos", dijo el español con ironía. "Soy consciente de que entran muchos factores en juego y es prácticamente imposible. Sinceramente, no se me ha pasado por la cabeza".

Sólo dos hombres en la historia lograron encadenar en un año títulos en Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open: el estadounidense Don Budge, en 1938, y el australiano Rod Laver en 1962 y 1969. La empresa es, pues, complicada, y por eso Nadal prefiere pensar de momento en Rotterdam. "Soy consciente de que no voy a llegar física y mentalmente al cien por cien, pero voy a hacer un esfuerzo. El año pasado fue uno de los torneos que peor jugué, así que me hace ilusión hacerlo bien allí este año", aseguró.

Luego vendrá Dubai, más tarde la primera ronda de Copa Davis ante Serbia y después Indian Wells y Miami. "Yo me marqué el objetivo de hacer 2.000 puntos entre Australia y Miami. Por suerte los he conseguido ya. Ahora tengo que intentar mejorar y llegar a los 3.000 si puede ser".

Por eso Nadal tiene poco tiempo para las celebraciones. Acompañado de su padre, Sebastià, y varios miembros de su equipo, el campeón se sometió paciente a una sesión de fotos junto al trofeo en la azotea de un céntrico hotel de Melbourne, con el skyline de la ciudad de fondo. Por la noche esperaban un avión y un extenuante viaje.

Quizá en Mallorca encuentre algún momento para estar más tranquilo con la familia, aunque nada de jornadas de pesca. El español debe atender los compromisos de una estrella y aprovechará la semana libre para grabar un anuncio para televisión. Eso sí, sin descuidar el entrenamiento. El domingo hay un vuelo a Rotterdam. La temporada no ha hecho más que empezar.

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