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El dilema Amrabat

  • El club sigue sopesando si acometer o no la opción de compra que tiene por el marroquí. Su rendimiento no es el mismo desde que sufrió la lesión.

Algo pasa con Amrabat. Desde que se lesionó con su selección allá por el mes de noviembre, no ha vuelto a ser el mismo futbolista que había elevado el optimismo del malaguismo hasta cotas tan recientes como inesperadas. En el último mes y medio, su rendimiento ha decaído hasta generar preocupación. Tapado por el bajón que ha tenido el equipo en el inicio de este 2015, el futbolista más determinante del Málaga ha dejado de serlo. Apenas dos goles, ante el Deportivo en Copa y la vaselina que permitió sumar un punto contra el Villarreal. Poco más.

Se le ha visto ansioso por agradar y reencontrarse con las sensaciones del primer tramo de temporada. El sábado seguía inmerso en su particular quiero y no puedo hasta que asumió el reto de lanzar el penalti. Tuvo sus más y sus menos con Duda, el elegido por Gracia para que tomara la responsabilidad. Tras una breve disputa, el internacional marroquí se apoderó del balón y acabó estrellando su ansiedad contra Kiko Casilla. Si bien es cierto que había anotado los tres anteriores que había disparado, fue la primera vez que apostó por la izquierda del guardameta para intentar batirlo. Ante Rayo y Córdoba apostó por la izquierda, mientras que ante el Eibar se decidió por el centro de la portería.

Todo esto no ha hecho más que alimentar las dudas sobre su continuidad en el Málaga. El club cuenta con una opción de compra unilateral que permitiría hacerse con sus servicios tras año y medio de cesiones. La idea inicial de los dirigentes malaguistas, sobre todo tras su excelente final de campaña, era comprarlo para poder sacarle rédito deportivo y económico en un futuro no muy lejano. Sus últimas actuaciones han hecho descender su caché de manera preocupante, lo que podría hacer dudar a la entidad a la hora de realizar el importante desembolso que supondría su incorporación para las arcas del club.

Por si fuera poco, no se le está viendo demasiado cómodo sobre el terreno de juego y su actitud ya dejó alguna que otra imagen polémica a principios de curso. Gracia no ha tenido reparos para sentarlo en varias ocasiones, ante Valencia y Levante sin ir más lejos. El dilema está servido, y la quinta amarilla del sábado le impedirá vestirse de corto en un escaparate tan universal como el Camp Nou.

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