Welsch sí, Welsch no. Hay división de opiniones en el seno del Unicaja. Seguramente si se hiciera una encuesta entre la afición, la opinión mayoritaria sobre la continuidad del checo, la respuesta sería "no". No gozó del plácet de la grada el jugador checo, fichado con un cartel y unas expectativas a las que nunca llegó. Tres años después, finaliza su contrato y su estancia en Málaga está en el aire. Hay dudas.

Con cuatro años de sólida carrera en la NBA a sus espaldas, el fichaje de Welsch disparó las expectativas en el Unicaja post título ACB. "Scariolo quiere que sea un líder", decía en su presentación. No alcanzó de lejos tal nivel, aunque nunca se le pudo reprochar desidia o molicie, al contrario, quizá un exceso de responsabilización que le atenazó y le atenaza todavía puntualmente en momentos de máxima presión. Ninguna queja, no obstante, en el vestuario sobre su trabajo e implicación.

Detalle a tener en cuenta es que dos entrenadores tan diferentes como Sergio Scariolo y Aíto García Reneses han tenido un nexo común en la amplia confianza que han otorgado al jugador checo. Un dato revelador es que Welsch ha sido el jugador más utilizado por Aíto en el recién acabado play off, con 28 minutos por encuentro, por delante de Haislip y Jiménez, con 26. En los instantes de la verdad, el técnico madrileño ha depositado su fe en él. Cuanto menos, sintomático. "Sus virtudes no son demasiado visibles y sus fallos son demasiado evidentes", opina alguien que le ha visto entrenar y trabajar durante este tiempo en el vestuario del Unicaja. Esos balones botados en el pie y su alto sueldo solaparon su entrega, excelente defensa, ayuda en el rebote o visión de juego.

Welsch libera una ficha bastante onerosa, por encima del millón de euros anuales que el club piensa invertir en otros menesteres. Su precio de mercado está ahora mismo, obviamente, por debajo de lo que se le fichó, aunque falta por comprobar cuánto. El jugador, plenamente adaptado a la vida en Málaga y con inversiones y vivienda en la Costa del Sol, acataría una rebaja considerable en sus emolumentos. Pero quizá no a los niveles que piensa plantear el club, en torno a los 500.000 euros. En la cúpula directiva del club hay quien piensa que la época de Welsch en Málaga ha tocado a su fin y otro sector se alinea con la idea de que es un hombre aprovechable, siempre que acate rebajar su ficha. Aíto ya ha hecho saber que no le sobra y que está satisfecho con su rendimiento.

En estas situaciones siempre se plantea la misma obligación, encontrar un jugador de mayor nivel en el mercado. Y los treses de calidad no abundan, precisamente. El Unicaja, no obstante, no va a descartar taxativamente al jugador hasta no tener atado un sustituto de teórico mayor nivel. Carlos Suárez es uno de los objetivos en su posición. Dispone, asimismo, del derecho de tanteo para igualar otras ofertas de la ACB. Ya se sabe lo que hay en Welsch, sus virtudes y sus defectos. Se trata de valorar.