La Guardia Civil, que lleva desde la primera edición de La Vuelta haciéndose cargo de la seguridad del evento, preparó un dispositivo de 128 agentes para garantizar la seguridad de los corredores durante las tres semanas de competición. De los tres cargos de alto mando que supervisar y coordinan el dispositivo de seguridad de la gran vuelta, dos son malagueños. Se trata de José Antonio Montes, jefe del Subsector de Tráfico en la provincia; y de Juan Aguilera, jefe de la Agrupación de Tráfico de la Benemérita en Málaga.

Pero Montes y Aguilera no son los únicos efectivos desplegados de la provincia. Son en total seis los malagueños que participan en el dispositivo de seguridad de la gran vuelta, de los 128 guardias civiles de los que se compone la unidad. Los dos citados en el alto mando, dos conductores de coches supervisores y dos motoristas que se encargan de señalizar zonas potencialmente confusas y peligrosas para los ciclistas.

El dispositivo de protección de la ronda española se compone de tres escalones, en función de la distancia a la que se encuentre el pelotón. El primero está formado por el grupo de control del tráfico, también conocidos como los banderas amarillas, ya que portan distintivos de dicho color en sus motos. Su función básicamente es la de señalizar puntos peligrosos y la de detener el tráfico media hora antes de que llegue la cabeza de carrera.

Posteriormente llegan el grupo de control del pelotón, o banderas rojas, que marchan delante y detrás del pelotón a una distancia de cinco minutos como máximo. Este grupo fundamentalmente se centra en la seguridad de los corredores y en asegurar de que todo está en orden para la llegada de los ciclistas. Por último, pasan los llamados banderas verdes. Con ellos se restaura el tráfico con normalidad. Hasta 58 motos de la Guardia Civil forman la comitiva que despeja y acompaña a la carrera.