Liga de campeones

El duelo europeo ya se juega

  • El árbitro, el césped, la dureza del Real Madrid, el 'teatro' de los jugadores del Barcelona, el favoritismo que nadie desea... El Madrid-Barça de 'Champions' ha comenzado.

Primero fue el árbitro, luego el césped, después la dureza del Real Madrid, más tarde el teatro de los jugadores del Barcelona, y también está el favoritismo que nadie desea. Definitivamente, el partido del miércoles entre Real Madrid y Barcelona ya ha comenzado. Será el tercer duelo entre los dos gigantes españoles en 10 días y el primero de las semifinales de la Liga de Campeones. Y, según se aprecia, también será el más intenso.

Los prolegómenos de los dos anteriores duelos fueron relativamente calmados, con declaraciones tópicas de entrenadores y jugadores. Pero con el triunfo por 1-0 del Real Madrid en la Copa del Rey algo cambió. El primero en levantar la voz fue Josep Guardiola, el técnico del Barcelona. Habitualmente comedido en sus declaraciones, llamó la atención su rueda de prensa del sábado por ponerse el papel de víctima, mostrarse irónico con los arbitrajes al Real Madrid y hasta criticar la señalización de un fuera de juego que sí fue. "Todo el mundo da al Madrid por favorito y finalista. Entiendo que sea así porque han ganado la Copa y porque están bien y tienen una plantilla amplísima y de mucho nivel", dijo.

Guardiola habló también del árbitro portugués Pedro Proença, en ese momento candidato a arbitrar la semifinal del miércoles: "Mourinho estará felicísimo". La teoría quedó desmontada este lunes cuando la UEFA anunció que el árbitro será el alemán Wolfgang Stark. La prensa de Madrid no tardó en avisar que es un declarado seguidor de Lionel Messi, la estrella del Barcelona. También llamaron la atención las posteriores declaraciones del centrocampista azulgrana Sergio Busquets, quien siguió los pasos de su entrenador y aseguró que "el Real Madrid es el peor rival" que le puede tocar a su equipo en estos momentos.

Se esperaba la respuesta del Real Madrid y salió a escena Sergio Ramos, uno de los hombres fuertes del vestuario blanco y un jugador muy poco querido en Barcelona. Ramos respondió con contundencia. Primero, porque habló del "teatro" del equipo azulgrana para responder a quienes acusan al Real Madrid de jugar con dureza. Luego, porque se quitó la etiqueta de favorito. Y, finalmente, porque respondió a Guardiola. "Nosotros no asumimos para nada el papel de favoritos porque creo que no nos lleva a nada. Si algo nos ha llevado al éxito es la sencillez, la humildad y el trabajo. Y esos son los valores que hay que tener presentes", aseguró Ramos en una entrevista a los medios del club.

Ramos se mostró molesto con las palabras del sábado de Guardiola, quien se quejó de un gol anulado al barcelonista Pedro en la final de Copa por estar "unos centímetros" en fuera de juego. "Me gustaría que fuese un partido de semifinal de Champions limpio, sano, deportivo, que no haya teatro, que tengamos un árbitro que ni beneficie ni perjudique a nadie. Incluso el otro día se criticaba una decisión correcta que había tenido en la final, que es lo último", dijo en alusión a las palabras de Guardiola.

"El Barça no debe entrar en batallas dialécticas", advirtió por su parte el gurú barcelonista Johan Cruyff en su columna de El Periódico de Catalunya. "No es su estilo y por ahí perderá siempre. Puestos a preocuparse, no hay que hacerlo por quién pitará, o por si el césped estará alto. Puestos a preocuparse, hazlo para que haya profundidad. Sin profundidad, el campo se estrecha", advirtió Cruyff a Guardiola. Antes del duelo táctico, los dos grandes del fútbol español libran también la batalla psicológica.

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