suiza-costa rica

Un empate que satisface

Suiza se clasificó para octavos de final después de empatar ante Costa Rica, que se despidió del Mundial de Rusia con honor, buen juego y una dosis de rabia acumulada que estuvo a punto de doblegar al conjunto helvético.

La catarata de ocasiones fue incesante, agobiante para Suiza, que sobrevivió gracias a Sommer. Primero, sacó una buena mano a un disparo de Campbell; después, desvió al poste un cabezazo de Celso Borges; luego, vio cómo Colindres mandó al larguero un derechazo desde fuera del área y, finalmente, fue Guzmán quien se encontró al portero.

Ese acelerón inicial se fue desinflando cuando Xhaka y Behrami consiguieron arrebatar la pelota a Costa Rica, que aunque apenas sufrió, tuvo la mala suerte de recibir un gol en casi el único disparo entre los tres palos de Suiza. Lo hizo Dzemaili, que fusiló a Keylor Navas desde dentro del área.

Con ese 1-0 y con el 1-0 a favor de Brasil al descanso en el otro partido del grupo, Suiza podía acabar líder si marcaba otro tanto y el otro partido se mantenía igual. Era un regalo envenenado, porque eso significaba acabar en la parte complicada del cuadro.

Suiza podía elegir mantenerse como estaba y enfrentarse a Suecia en octavos o ir a por México por el lado de Francia, Argentina, Uruguay y Portugal. Pero también jugaba Costa Rica, que se aprovechó de las meditaciones de su rival para que Kendall hiciera el empate.

El certero cabezazo del defensa costarricense no estimuló al cuadro suizo. Costa Rica murió con honor, más cuando tuvo tiempo de levantarse de nuevo tras el gol de Drmic en el minuto 88. De penalti, Bryan Ruiz pero con la colaboración involuntaria pero decisiva del meta Sommer, en quien rebotó el balón tras chocar en el larguero, hizo justicia en el descuento.

Al final, Costa Rica, no hay que olvidarlo, jugó en un grupo con Brasil, Serbia y Suiza. Y les plantó cara a todos ellos.

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