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"Cuando empecé se confiaba más en las decisiones del jugador"

  • Quince años después de su debut en la ACB, Carlos Jiménez es el jugador en activo con más partidos en la Liga y compara esa época con la actual: "Todo se ha profesionalizado más"

Carlos Jiménez (Madrid, 1976) es el jugador en activo con más partidos en la ACB: 535. El mes pasado se cumplieron 15 años desde su debut en la competición, que fue con el Estudiantes el 9 de septiembre de 1994 contra el Cáceres. Tiempos de cambio, de evolución. Pero ahí sigue el antiguo capitán de la selección española, delante de su decimosexta temporada en la élite española, cuarta en Málaga, camino de los 33 años. Compara épocas y constata que esto ha cambiado mucho. Pero tiene la misma ilusión que aquel chaval que un día de final de verano saltó por primera vez al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.

-Tras la retirada de Paraíso, es el jugador en activo con más partidos en la ACB. ¿Se siente viejo?

-Siempre miro estos datos por el lado bueno. Es inevitable que los años pasen, pero también me siento afortunado de seguir ahí. Para mí es un orgullo estar en esa situación y permanezco con la ilusión de mantener el nivel todo el tiempo posible.

-¿Cuánto ha cambiado el baloncesto en este tiempo?

-Mucho. Todo se ha ido profesionalizando y matizando más. Antes todo era más cercano, no lo digo con nostalgia, sino como realidad. La evolución del deporte es paralela a la de la sociedad.

-Y el juego, ¿cambió tanto?

-Yo creo que todos estos años entran dentro del gran salto físico del baloncesto. No creo que haya tanta diferencia con respecto a los comienzos. A nivel técnico sí que hay más sistemas, todo es más esquematizado y rígido. Antes se entrenaba un poco más todos los fundamentos, se confiaba más en las decisiones del jugador, en el talento. Hoy la tendencia general es hacia que esté todo más controlado, que todo sea más mérito del entrenador, con menos espacio para la improvisación o el talento de los jugadores. Que todo siga un guión preestablecido.

-¿Cómo le afecta esa evolución?

-Te vas adaptando. Cuesta más desenvolverte en ambientes de improvisación, porque te acostumbras a que sea todo más ordenado. Al comienzo tomabas tú tus propias decisiones, había más libertad y no era todo tan rígido. Aíto me recuerda a los primeros años, te deja más capacidad de decisión. Te enseña más a ser jugador de baloncesto y que después todos nos pongamos de acuerdo y, de esta forma, organizar. Se sale de la tendencia actual en ese sentido.

-¿Y cómo se toma el jugador que se le obligue a pensar?

-Es importante no plantearte demasiado las cosas. Al fin y al cabo, va en beneficio del grupo. Las situaciones personales son caprichos, no deben tener cabida. Hay lados positivos y negativos en todo esto.

-Abre su cuarta temporada en Málaga y sólo Berni lleva más tiempo en el club. ¿Hacia dónde camina el Unicaja?

-Estamos en proceso de adaptación, hay que ser consecuentes con los problemas que estamos teniendo. Hemos tenido muchas nuevas incorporaciones y muy escalonadas, lo cual no nos está permitiendo tener un plan de trabajo adecuado. Por otro lado, las lesiones nos están suponiendo un frenazo en seco. Lo que debemos tener más presente es la serenidad para creer en lo que hacemos. Los resultados no están acompañando y no facilitan esa tranquilidad, pero sabemos que es el momento de crear una base grande para aguantar todo el año. Los que estábamos el año pasado somos los que más problemas físicos estamos teniendo y los que llegan ahora lo han hecho poco a poco. Tienes que dar un paso adelante y otro atrás y el tiempo pasa, comienza la Liga. Eso ha propiciado que la pretemporada no la hayamos completado de manera óptima. Ese margen lo tenemos que mantener al inicio de la pretemporada, todavía tenemos un campo de evolución muy grande.

-Ha llegado gente joven, con recorrido. ¿Es difícil adaptarse a un club con aspiraciones?

-Seguramente les cueste, es normal. Hay gente que no ha jugado en Europa y Euroliga y todos eso se va a notar. Se trata de que todo el grupo se junte y salvemos los inconvenientes. Que todo se normalice y que tampoco se tenga demasiado respeto a las nuevas situaciones. Tampoco se debe tener miedo.

-¿Se nota esa fractura entre Madrid y Barcelona y el resto?

-Estoy en la línea de que sí, se ha roto la Liga. Con la situación de crisis económica que nos afecta a todos, ellos han dado un paso adelante y quizá el resto un pasito atrás. Eso, a priori. Después la Liga es muy larga y nunca se sabe lo que puede pasar. La clasificación pondrá a cada uno en su sitio. Pero antes de empezar, sí, ha habido un poquito de fractura.

-¿Cree que se puede pelear?

-Si no pudiéramos pelear con ellos nos iríamos a casa. Aquí nadie te asegura nada. La experiencia me lo ha demostrado. Cualquiera que vea baloncesto se dará cuenta de que las grandes plantillas no te aseguran todo. Al final sólo gana un equipo. Habrá alguno que pasará momentos malos y ahí es cuando tienes que seguir trabajando, mantener una base sólida. Cuando llegue un equipo que no está bien, ir a por él. Esas deben ser nuestras opciones. Dentro de ellas, llegar lo mejor posible. No sé cuáles van a ser nuestras oportunidades, pero tenemos que estar ahí, con la sensación de que se ha competido hasta el límite.

-¿Se han correspondido con sus expectativas estas tres temporadas completas en Málaga?

-Es mejor hacer balance al final, pero echando la vista atrás sí creo que hemos hecho cosas interesantes en Málaga. A nivel deportivo y personal me siento muy orgulloso de haber tomado la decisión de venir para acá.

-Ha jugado muy poco en pretemporada, nunca más de 10 minutos. ¿Cómo va esa rodilla derecha que le ha dado tantos problemas en esta pretemporada?

-Venía con mucha ilusión de hacer una pretemporada fuerte. Recuerdo cuando bajaba en el coche desde Madrid con todas las cosas que pensaba en que tenía dos meses por delante para prepararme y hacer un trabajo bonito. Y el tema de la rodilla me ha supuesto un parón un seco. Me partió la preparación y me está costando volver a competir. Estuve dos semanas parado, pero el año es largo y quiero tener paciencia. No es cuestión de precipitarse.

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