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La fórmula mágica: seis centrocampistas, ningún delantero

España juega mejor sin delanteros. Por sorprendente que parezca, ésta parece ser la principal conclusión de la goleada que le endosó a Italia. Lopetegui alineó un once titular sin delanteros y con seis centrocampistas -Busquets, Koke, Asensio, Silva, Iniesta e Isco- que fue capaz de apabullar a un tetracampeón del mundo. El equipo azzurro no recibía tres tantos en fase de clasificación desde 1956.

No es la primera vez que España afronta un partido decisivo sin un ariete de referencia. Ya lo hizo Del Bosque en la Eurocopa de 2012. Lo recordaba el propio capitán italiano, el mítico Buffon, en la previa del partido. "En la final de la Eurocopa 2012 jugaron sin delanteros y nos hicieron cuatro", afirmó horas antes de recibir tres en otro partido vital. "Con diez centrocampistas seríamos todavía mejores", manifestó el propio Del Bosque en 2013 antes de disputar las semifinales de la Copa Confederaciones de Brasil ante Italia. Si se analizan los resultados obtenidos jugando sin referencias en ataque, Del Bosque no bromeaba.

Lopetegui apostó por recuperar el juego de toque y posesión de la España victoriosa que fue capaz de encadenar dos Eurocopas y un Mundial entre 2008 y 2010. Si Del Bosque alineaba a Cesc, Lopetegui situó a Asensio en la posición de falso 9 como vértice de un temible cuarteto formado por Iniesta, Silva y un Isco en estado de gracia. Busquets y Koke protegían sus espaldas. Aunque pudiera parecer lo contrario, España no acaparó ante Italia el dominio del balón, con porcentajes de posesión cercanos al 50 por ciento para ambos equipos. Sin embargo, ganó en profundidad y técnica hasta desarbolar la tradicionalmente férrea línea defensiva de los italianos.

Lopetegui había apostado por Morata y Diego Costa como arietes en los encuentros anteriores, tal y como hicieron sus predecesores con Fernando Torres y Villa en el reciente pasado triunfal de la selección. Torres, cuyo estado de forma actual le aleja de las convocatorias, aportó en su momento su velocidad a la precisión de los pases al espacio de sus finos centrocampistas. Por su parte, Villa, capaz de moverse con habilidad entre líneas, regresó al equipo nacional después de tres años lejos del equipo nacional. Quizás la principal virtud de ambos no reside en la capacidad asociativa. Así como Koke parece alzarse como el relevo perfecto para Xabi Alonso, que dominó junto a Xavi y Busquets el juego de la España de Del Bosque, ni Torres ni Villa han acabado por encontrar a su sucesor definitivo.

Solo el tiempo dirá si Lopetegui ha hecho de la necesidad virtud, o si por el contrario entiende que España juega mejor sin delanteros.

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