La Pelota de Papel

Cuando goles no son amores

  • Hasta siete goleadas se firmaron en una jornada en la que los grandes (incluido ya el Atlético) lograron resultados escandalosos. La crisis en las plantillas fragmenta peligrosamente la Liga.

Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. ¿Porque se dispare el número de goles es una competición más potente? La Liga BBVA podrá presumir de tener la base de la selección campeona del mundo y por contar con Messi y Cristiano Ronaldo en dos de sus equipos, pero se está dirigiendo peligrosamente a un callejón sin salida. La decimocuarta jornada deja un poso de fútbol antiguo en los resultados que no dice mucho del modelo que defiende a capa y espada Javier Tebas. Hasta ahora, y desde hace ya tres temporadas, era normal que los grandes, Barcelona y Real Madrid, golearan. Pero nunca se habían dado diferencias como las de un fin de semana que se va a encuadrar entre las diez más goleadores de la historia, con el Atlético también pletórico de pólvora.

Ha llegado un punto en el que da igual los rivales. Martino, Simeone y Ancelotti vieron a sus equipos lograr escandalosos marcadores (ya cada vez menos) de 5-0, 7-0 y 0-4. Los damnificados, como ha quedado dicho, son lo de menos. Las mayores goleadas de la historia de la Liga se concentran en los años 40 y 50, épocas en las que el fútbol era otro y en la que campaban a sus anchas equipos como los que lideraban Zarra en el Athletic o la delantera Stuka en el Sevilla, luego el Madrid de Di Stéfano o el Barça de Kubala... La Liga española se fragmenta anegada por la crisis y la codicia de los grandes empobreciéndose a golpe de estas ostentaciones de fútbol ofensivo.

Los 42 goles que cerraron anoche Málaga y Athletic están aún lejos del récord vigente de la segunda jornada de la temporada 50-51, cuando se marcaron 59 tantos. De la edad contemporánea, no están mal los 44 que los equipos de la Liga firmaron una vez en la 2008-09, pues significaban la sexta mejor marca desde que la Liga es Liga en 1927. Pero en esta jornada no sólo se han dado un festín los grandes. Hasta siete goleadas se han podido ver, siendo tres de ellas recibidas por los tres últimos clasificados.

Crisis en las delanteras

Y ahí está el gérmen del problema. La absoluta precariedad de las plantillas. Salvo el Sevilla, gracias a la espectacular inyección de dinero recibida en ventas (más de 100 millones), ningún club ha podido gastar prácticamente ni un euro. Ni el propio Atlético. Lo suyo es un trabajo acumulado y reforzar un bloque que se ha hecho más compacto a base de confianza. El nivel del fútbol en España baja a los sótanos al ritmo en que los grandes suman estrellas a sus vestuarios. La prueba está en los delanteros, ese puesto en el que tradicionalmente se centró el principal gasto. El gol hay que pagarlo, se decía. El Valencia vendió a Soldado y sólo pudo optar a Postiga y el resto, salvo el Sevilla, fían sus urgencias de gol a debutantes en Primera, fichajes desconocidos y goleadores que jamás fueron titulares en sus equipos. Villarreal (Uche), Espanyol (Sergio García), Celta (Charles), Osasuna (Oriol Riera), Levante (Babá)... tienen que tirar con lo que tienen.

Quizá con lo que no contaban Tebas y compañía es que el Atlético aguantara el pulso como lo está haciendo. Llegado el momento, si los de Simeone estorban a Barça o Madrid (o siguen a tiro del título en las jornadas finales o le arrebatan la Champions a alguno), dejarán de ser tan simpáticos para la prensa nacional. Entonces habrá que replantear si no sería bueno que el tercero en discordia tuviera más competencia. Pero, de momento, le mete 7-0 al séptimo, el Getafe.

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