Cai zaragoza-unicaja

Un golpe y a la lona (76-59)

  • Tras competir en la primera parte, el Unicaja desaparece en la segunda para acabar siendo zarandeado por el CAI. El acierto de Wright desactivó la zona cajista y ya no hubo más argumentos.

El Unicaja ni está ni se le espera. No, al menos, si se decide tirar para adelante, como parece, con lo puesto. Es la cruda realidad de un equipo con demasiadas dudas y con un talento muy, muy limitado al que las lesiones han vuelto a dejar en cuadro. Panorama desolador tras encajar la duodécima derrota en los últimos 13 partidos y volver a ver a los de Chus Mateo ser zarandeados por un equipo de nivel medio. Las lesiones de Darden y Garbajosa y la amigdalitis de Valters han puesto la puntilla y ahora el Unicaja es un conjunto al que cuesta imaginar ganando un partido. Los destellos de Valencia y Bilbao quedaron ayer apagados de manera brusca. Decente primera mitad y horrible segunda. Mateo se encomendó a una zona pero al primer golpe que llegó a la mandíbula no hubo reacción. Desprotegidos atrás, los malagueños fueron incapaces de levantarse y fueron dejando ver la triste versión de los dos últimos meses. El remiendo de Payne como base no basta, Fitch desespera, Berni sigue ausente y la dupla Freeland-Zoric comienza a verse impotente. Sólo la irrupción de Abrines y Lima dibuja una pequeña sonrisa. Insuficiente a todas luces.

Acudía el Unicaja con lo justito. Diez jugadores contando a los jóvenes Lima y Abrines y con el desaparecido Sinanovic. Es lo que hay cuando se decide no ir al mercado para paliar lesiones. Mateo no quería un partido descontrolado. Consciente de la fragilidad mental de su equipo, no quería que un inicio desfavorable derrumbara de primeras la escasa moral de los suyos. Volvió a dejar a Fitch en el banco, con sus molestias en la fascia plantar y sus dudas existenciales. La juventud al poder. Como el pasado jueves, Abrines y Lima de inicio. Y una zona 2-3 de ajustes que creó cierta confusión en el ataque zaragozano. Por cierto, si en el Carpena se puede cortar últimamente el ambiente con un cuchillo, en el Príncipe Felipe, aun con el equipo peleando por primera vez por meterse en el play off, el ambiente es todavía más irrespirable. El Unicaja se llevó el encuentro a su terreno gracias a su entramado defensivo y a un buen comienzo de Luka Zoric. El croata parece haber recuperado parte del espíritu gladiador de los primeros meses. Fue un martirio para el juego interior maño y sus ocho puntos casi consecutivos en el primer cuarto ayudaron al equipo a asentarse en la pista. En el otro lado, la zona cajista hacía estragos. Obligaba una y otra vez al CAI a terminar sus ataques en un tiro lejano. Y la puntería local no estaba especialmente afinada en el comienzo. Dos de 14 triples en el primer tiempo. Sólo Stefansson y Wright lograron anotar desde más allá de 6,75 antes del descanso. Pese a todo, los malagueños no lograron traducir la incomodidad maña en una ventaja tranquilizadora en el marcador. Disfrutó en un par de ocasiones de cuatro puntos de renta, pero su inconsistencia, sus pérdidas de balón y algunos errores a la hora de cerrar el rebote mantuvieron vivo a su rival.

Partido en un columpio, con toda la plantilla aportando (sólo Sinanovic, que no jugó, se fue con cero puntos al vestuario), que comenzó a inclinarse del lado zaragozano nada más reanudarse el encuentro. El planteamiento del Unicaja era el mismo, pero se topó con algo que el CAI no tuvo en los primeros 20 minutos: acierto en el tiro. Stefansson y Aguilar dieron primero. Pero la clave fue la irrupción de Bracey Wright, que olió sangre y se lanzó al cuello del Unicaja metiéndolo absolutamente todo. El parcial de 8-0 entre el final del primer tiempo y el inicio del segundo anunciaba lo que se avecinaba. Un festival local y una tortura, otra más, para el equipo malagueño. Wright cogió su fúsil y enlazó 14 puntos, tres triples incluídos, para tumbar al Unicaja en un santiamén. Chus quitó la zona, quizá demasiado tarde, pero el CAI ya se había quitado todos sus complejos y volaba sobre la pista ante un Unicaja cada vez más impotente. Asombrosa la capacidad del equipo malagueño para desaparecer de los partidos al más mínimo contratiempo. Sin el argumento defensivo, el equipo se convirtió en un cadáver sin ninguna fe en la resurrección. El aro se fue empequeñeciendo conforme aumentaba la desventaja (-14 al final del tercer periodo y -24, la máxima, a falta de tres minutos para la conclusión). 13 puntos al salir de vestuarios y ninguno en el último periodo hasta que Zoric anotó bajo el aro cuando ya restaba 3:31 para la conclusión. Desesperación ofensiva, ninguna idea. Al final, hubo algo de maquillaje, pero nada pudo disimular el ridículo del equipo en la segunda parte. El Unicaja sigue cayendo al vacío. Y lo peor es que no se atisba el final de su descenso.

Ficha técnica:

76 - CAI Zaragoza (16+18+24+18): Cabezas (6), Wright (24), Stefansson (6), Aguilar (16) y Hettsheimeir (16) -cinco inicial- Van Rossom (2), Toppert, Archibald, Fontet (2) y Almazán (4).

59 - Unicaja (17+16+13+13): Rowland (9), Abrines (8), Peric (4), Lima (1) y Zoric (16) -cinco inicial- Fitch (10), Berni Rodríguez (3), Freeland (6) y Payne (2).

Arbitros: Conde, Bultó y Rial. No excluyeron por faltas personales a ningún jugador.

Incidencias: partido correspondiente a la vigésima segunda jornada de la Liga ACB disputado en el pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza ante unos 8.000 espectadores.

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