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El grupo arropó a Fabrice y el Betis felicitó al club

  • El joven camerunés se fue llorando del hospital pero ayer recibió el cariño y ánimo de sus compañeros

Damien Perquis ya descansa en Sevilla tras ser intervenido de la doble fractura de mandíbula que se produjo en La Rosaleda. Se estima que en seis semanas su vida será normal. Será incómodo el proceso, unos 50 días deberá permanecer sin usar su mandíbula, pero pronto volverá a la calma. Si el polaco pasó una noche dolorida y tensa, a Fabrice, protagonista involuntario del golpe que lo mandó a urgencias, se le vino el mundo con lo ocurrido. Por eso ayer la plantilla y algunos dirigentes no dudaron en arroparle durante el entrenamiento y levantarle la moral tras la mala noche que pasó.

Apenas durmió el delantero, que en cuanto se duchó fue al hospital Carlos Haya para visitar al bético. No pudo verlo, nadie de la comitiva malaguista, en la que también estuvieron Pawlowski, Vicente Casado, Francisco Martín Aguilar, Manolo Novo, Juan Carlos Pérez Frías, Ángel Rodríguez y hasta Chen, quien tenía que llevarse a casa a Pawlowski; el polaco fue el último en abandonar del hospital, no se relajó hasta que vio a su amigo marcharse en coche a Sevilla.

Fabrice ya quedó tocado en el campo tras ver la entrada de la ambulancia. Fue en Carlos Haya donde se vino abajo. Acompañado por un amigo, se marchó con lágrimas en los ojos evitando a los periodistas que le preguntaban. "Por favor, que estoy muy mal", acertó a decir para liberarse de los micrófonos hasta que rompió a llorar y tuvo que ser consolado por un familiar.

El futbolista de 17 años es un chico especial, muy sensible. En cuestiones como esta sale a relucir su bisoñez, lo cual le hace ganarse muchas simpatías. Incluso entre aficionados béticos que agradecieron su visita al hospital y comprobaron la humanidad en sus lágrimas. El camerunés, además de un respaldo masivo por las redes sociales, tuvo ayer una buena mañana en el entrenamiento. Sus compañeros estuvieron muy encima de él dándole ánimos y recordándole que fue un lance fortuito que le podría haber pasado a cualquiera. Y recibió una gran noticia: irá con Kameni a intentar culminar el pase al Mundial ante Túnez.

Una de las buenas conclusiones de todo lo ocurrido es la felicitación y el agradecimiento que recibieron los dirigentes malaguistas por parte de sus homólogos del Betis. En boca del propio presidente, Miguel Guillén, aplaudieron su preocupación, cercanía y gran diligencia en la actuación médica. El propio Pérez Frías fue el primero en llegar hasta Perquis y el que rápidamente activó el protocolo de emergencias con la ambulancia. Además, el estadio despidió al futbolista con aplausos.

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