Euroliga

El hábito de ganar (67-62)

  • Un Unicaja menos brillante y más espeso, pero igual de competitivo, saca adelante un partido complicado ante el Alba (67-62), suma su sexta victoria seguida y ya otea más cerca el 'Top 16'

Las victorias no deben tapar que el Unicaja aún tiene mucho margen de mejora, quizá la mejor noticia tras un partido indigesto que, al final, no se atragantó. Pero el hábito de ganar, el más difícil de adquirir en el deporte, cada vez cala más en el equipo malagueño, que mantiene abierta una secuencia de seis triunfos tras tumbar (67-62) al Alba Berlín. Igual que en anteriores victorias el Unicaja tuvo más brillo que sombras, ayer quizás las carencias fueron más visibles. No fue redondo el equipo de Repesa, más espeso y menos fluido. Pero sí igual de competitivo, lo suficiente para vencer al equipo alemán y dejar el Top 16 a una, a lo sumo dos, victorias. Notable arranque tras la derrota inicial ante el Maccabi. Un valioso 3-1 antes de emprender un tramo viajero en las dos competiciones que, a buen seguro, desgastará. Pero el granero está llenándose de triunfos. Y esos ahí están.

La presentación y el desenlace fueron propicios para el Unicaja, pero el nudo fue farragoso, especialmente un infame segundo cuarto en el que sólo se sumaron siete puntos. Simon lanzó el partido con su talento en una llamarada inicial y acabó decidiéndolo Marcus Williams, que bajó el nivel de los últimos partidos, mermado tras un esguince de tobillo que obligó a incluir en el acta a Alberto Díaz en vez de a Vidal. El norteamericano metió un triple a falta de 31 segundos que ya hacía casi inalcanzable la diferencia. Incluso en un día malo tiene ese punto de genialidad para aparecer y dejar su huella. Había perdido un par de pases antes que habían puesto en problemas. Pero ahí está. Como Lima, en un notable segundo tiempo, en el que reactivó desde la defensa al equipo junto a Calloway y después fue capaz de anotar nueve puntos. Y así con el resto, con algún lunar como Fran Vázquez, en su búsqueda interior por encontrarse. El balón no corrió como otros días, pero sí se consiguió la victoria.

Una de las razones del citado colapso fue que mientras funcionó el tiro exterior, el Unicaja fluyó, cuando dejó de hacerlo el asunto se complicó. 12 de sus primeros 17 puntos los consiguió desde la línea de tres, a partir de ahí no vio el aro desde lejos hasta el descanso, lo que complicó el asunto. Anotaría tres tiros más hasta el final. En el necesario equilibrio de fuerzas entre el juego interior y el exterior está pesando mucho más el de fuera. No quiere decir necesariamente que toda la culpa recaiga en los pivots, puede ser un defecto estructural de la plantilla, que los pequeños no encuentren adecuadamente a los grandes. O que estos, sí, estén a un nivel inferior, como parece. O, como dice Repesa, que su equipo necesita tiempo para construir su sistema de ataque, algo más complicado que la defensa, que ahora es la mejor de la ACB y que ayer dejó en 62 puntos al rival.

Simon deslumbró con un primer cuarto soberbio. Los primeros 14 puntos salieron de su mano, fuera en canasta o asistencia. El croata tiene un punto de explosividad bueno, Repesa decía en su llegada que no había tenido un programa serio de trabajo físico en su carrera. Y se le ve más ligero de peso, capaz de coger un rebote en canasta propia, correr y dejar una bandeja en el aro rival tras sortear a contrarios. Una canasta de Zoric (21-13) ponía una buena renta, antes de que al final del primer cuarto se vaticinara una victoria cómoda (22-16).

Pero no, el Alba no es un dechado de talento, pero compite. Tiene jugadores con tablas y un entrenador que sabe de qué va esto. Propuso una zona y al Unicaja no le gustó demasiado. Y encalló en un segundo cuarto malo, tirando a horrible. Williams, renqueante de un tobillo, perdió algún balón y algún buen pase no acabó en canasta. Y se fallaron los siete triples que se intentaron en el cuarto, lo que quitó fluidez al ataque. Y el Alba aprovechó para meterse de lleno en el partido. Los pivots no sabían detener a Thompson, el que más problemas creaba. Y Avdalovic añadió al ataque alemán un registro que le faltaba, el triple. Metió dos y al descanso dominaba el Alba (29-34).

Mejor puesto tras la repesina del descanso, se atisbaba un Unicaja más activo, que no mucho más certero. El que mejor marca el nivel defensivo es Calloway. Y cuando el de Atlanta pone el listón es difícil superarle. Por ahí vino la mejoría del Unicaja, también con Lima bastante bien atrás, activando al equipo. Dos mates de Gist y una canasta de Calloway tras robo en defensa dieron ventaja (50-43), pero el Alba no daba el partido por perdido y a falta de seis minutos mandaba (51-52). Reaccionó el Unicaja, con un triple afortunado de Williams a tabla y un dos más uno con mate de Lima que parecía sentenciar (60-53), pero el Alba resistió. Hasta que Williams mató con otro triple, éste limpio.

Ficha técnica:

67 - Unicaja (22+7+18+20): Calloway (14), Urtasun (9), Simon (12), Zoric (7), Vázquez (2)- cinco inicial- Dragic (1), Jiménez (0), Lima (9), Williams (6), Gits (7) y Perovic (0).

62 - Alba de Berlín (16+18+9+19): Djedovic (4), Thompson (17), Morley (5), Wood (2), Idbihi (6)- cinco inicial- Avladovic (6), Schultze (4), Schaffartzik (14) y Miralles (4).

Arbitros: Lamonica (ITA), Latisevs (LAT), Silva (POR).

Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada del grupo B de la Euroliga disputado en el Palacio de los Deportes, José María Martín Carpena ante 6.500 espectadores.

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