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"Soy el hombre más feliz aquí"

  • El centrocampista pide calma tras el revuelo formado con su cercano traspaso: "Ha sido bastante más fácil de lo que se piensa" Se siente tranquilo con su actuación: "Quien dude de mí es porque no me conoce"

La permanencia de Ignacio Camacho es el principal motivo de felicidad de la afición en estos días. Su ojito derecho seguirá peleando en La Rosaleda, aunque lograrlo ha supuesto un terremoto mediático. Tras una semana de idas y venidas, el centrocampista quiso dejar clara su postura en la tarde de ayer. Pasó revista en la sala de prensa Juan Cortés de Martiricos y lo hizo, especialmente, para llamar a la calma y despejar cualquier mala idea sobre su actuación: "Habrá quien se haya imaginado algo diferente, pero no se puede dudar de mí ni de lo que he dado por este escudo después de seis años".

El maño llegó conciliador, con la intención de apagar todos los fuegos encendidos durante una semana que se ha hecho eterna. Desde el primer instante normalizó la situación: "Es bastante más fácil de lo que realmente se piensa. Vino una propuesta del West Bromwich con unas cantidades bastante buenas y que podían llegar a más. El club me traslada que ellos creen que debe ser más y yo estoy de acuerdo. A partir de ahí, me quito del tema y se encarga el Málaga, se acabó. Yo me he mantenido bastante aislado del tema".

Insistió en todo momento en que iría "de la mano" de lo que decidiese la propiedad, la cual se plantó firmemente, por primera vez en muchos años, en la cláusula de rescisión establecida en el contrato del futbolista. Recalcó, pues, que su vida ha sido "completamente normal" a lo largo de las negociaciones: "Mi familia se ha puesto más nerviosa que yo, por la situación y por lo que veían día a día. He estado siempre igual y he disfrutado con mis compañeros de la misma manera. La negociación no era motivo para estar diferente o enfadado, no he estado serio ni de ninguna forma distinta en mi actitud".

El mismo lunes, el jeque Abdullah Al-Thani publicó una serie de mensajes en su cuenta oficial de Twitter en los que descargaba la responsabilidad sobre el jugador. Lejos de haberse sentido ofendido por ello, Camacho quiso mostrarse comprensivo con el presidente del Málaga. "A él le pilla en un momento inesperado", consideró, e insistió en sentirse "valorado" por la propiedad: "Lo que creo que quería hacer ver es que no quería venderme, que quería que estuviese aquí". No fue a más, y es que todo quedó aclarado días después con una reunión entre ambos: "Ha sido más el revuelo que se ha formado que otra cosa, pero todo ha sido hablado y consensuado, la relación que mantenemos es perfecta".

Calmado este frente, Camacho quiso abordar también la imagen que puede haber quedado en las retinas malaguistas. Era uno de los motivos principales para su rueda de prensa, la cual insistió en hacer, por lo que fue especialmente tajante: "Habrá gente que me critique porque cree que no siento los colores o gente que me respetará porque me lo he ganado en estos seis años. Lo que tengo que dedicarme es a trabajar día a día y jugar bien. Quien dude de mí no me conoce".

Contento con el proyecto, del que espera "que las ambiciones del club sean mayores y haya hambre", por su cabeza no pasa nada más que el partido del Villarreal. Descarta hablar en estos momentos de una renovación: "No es el momento. El club y mis agentes se encargan. Yo estoy muy contento estando aquí, soy el hombre más feliz del mundo. Me he sentido muy valorado por el club porque han querido el máximo por mí y eso es de agradecer. Las cosas tienen que salir naturales, si el club decide renovarme siempre estaré dispuesto". Toca volver al fútbol, donde Camacho seguirá siendo la bandera de un proyecto en ascenso.

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