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La hora Sabonis

  • Domantas se convertirá el domingo en el jugador más joven en jugar un partido oficial con el Unicaja Sus compañeros describen su aterrizaje

El Unicaja dispuso ayer el Media Day, día de la atención a la prensa previo a la temporada. Aderezó el acto con la presentación del acuerdo con el concesionario oficial, Málaga Wagen. Los jugadores bromean, trastean, arrancan el coche, ponen el volumen a tope. Mira con cara de absorberlo todo Domantas Sabonis, que todavía no tiene carné. Él aún no puede conducir un Wolkswagen, se desplaza en un Smart, algo que tan sólo exige tener 16 años.

El Unicaja protege a Domas, que es menor de edad, y restringe sus palabras en público. Habló el primer día de pretemporada, ayer no lo hizo, aunque sí posó para las fotografías. Es uno más en la plantilla, pero es un caso especial. "Si el entrenador no cree en él, es absurdo imponerle nada. Esta vez, Plaza cree que más que nadie en él, es quien está más convencido". La frase es de uno de los responsables del Unicaja. Se refiere a la apuesta por el joven lituano, que el próximo domingo ante el Estudiantes, de no mediar percance, se convertirá en el jugador más joven en vestir la camiseta del Unicaja en un partido oficial. Tendrá 17 años, cinco meses y 10 días y rebasará a Miki Servera, ahora en Murcia junto a Berni Rodríguez, con 17 años, cinco meses y 20 días. Fue en un partido de ACB contra el CB Granada en el Martín Carpena. Después vienen Alfonso Sánchez (17 años, nueves meses y dos días), Pavel Ermolinski (17 años, nueve meses y dos días) y Rafa Freire (17 años, nueves meses y 24 días). Domas jugó el año pasado en Benahavís un amistoso ante el Cibona con 16 años y cuatro meses.

Sabonis es, pues, uno más en la primera plantilla. "Tiene el respeto de todos, es uno más pero con mucho margen de mejora, trabaja muy bien todos los días", dice Rafa Hettsheimeir, uno de sus compañeros en la batería interior. Domas ya mide 2.10 metros con zapatillas, cerca de los siete pies (2.13), y pesa 93 kilos. Tiene que fortalecer su cuerpo, muy fibroso y con un tren inferior poderosísimo para su edad, pero tampoco se le puede sobrecargar de gimnasio porque puede crecer algunos centímetros más. Este verano, de hecho, ha sumado tres sin dejar de trabajar.

Desde el club se le intenta quitar foco, pero es complicado no fijar la vista en Domantas, ala-pívot zurdo que provoca la admiración de sus propios compañeros, que destacan su humildad y su talento, a partes iguales. Como no se puede hablar con el protagonista, Málaga Hoy pulsa la opinión del resto de sus compañeros en el juego interior. "No importa la edad, no se nota porque tiene tanto talento... Tiene tanto potencial que es un placer verle jugar así con la edad que tiene. Sólo tiene que trabajar más, es uno más en la rotación. Hace errores, como todos, pero compite con nosotros como uno más, es duro, le gusta pegarse, no tiene miedo al contacto. Es joven, cuando yo tenía su edad no podía hacer ni la mitad de las cosas que hace él ya. Así que será un gran jugador si continúa así", dice el risueño Vladimir Stimac, que ha caído de pie en el vestuario y transmite entusiasmo al hablar de sí mismo y de todos los compañeros.

Plaza conoce bien la mentalidad lituana tras su año en el país báltico, aunque Domas está moldeado de manera cosmopolita. Nació en Portland, desde los seis años se cría en Benalmádena, estudia en un colegio americano, habla español con acento malagueño y es trilingüe (español, lituano e inglés). Tímido, pero, según sus compañeros de juego interior, se integra progresivamente, oye consejos y los acata. "Es un jugador joven, y es normal que llegara con muchos nervios, intranquilo, en los primeros días. Pero intentamos que se adapte lo mejor posible, que los errores que cometa los tome como una lección. Trabaja muy bien, con mucha ilusión y escucha mucho tanto a entrenadores como a los veteranos", dice Fran Vázquez, que asegura que él "no es consciente de lo que hace, del potencial que tiene. La calidad le sobra, pero puede dar mucho más. Día a día trabaja y se le ve progresar. Le falta creérselo un poco más y será un jugador importante el día de mañana. Muchos jóvenes llegan al primer equipo y tienen mucha presión por quedarse. Y se les va un poco la cabeza. Él está muy centrado. Acepta lo bueno o malo que se le diga".

"Es joven, con muchas ganas de trabajar, muy serio, tiene ganas de aprender", incide Rafa Hettsheimeir, quien bromea con Domas mientras le enseña uno de los coches situados en el parqué del Carpena.

Con quien más se faja en cada entrenamiento Domas es con Nik Caner-Medley, el cuatro titular del equipo. Al principio le superaba con cierta facilidad, cada vez le está costando más. El de Massachusetts es quien más define con precisión a Domas. "Es muy joven, pero es muy talentoso y trabaja muy duro, con buena actitud siempre. Mejora cada día. Mira, es un jugador mejor que hace dos meses, cuando empezamos. Cuando tienes talento y trabajas duro como él, seguro que tendrá éxito", relata Caner-Medley, que recuerda experiencias personales para comparar el potencial de Domas: "Es uno de los mejores jugadores de 17 años que he visto. Por ejemplo, yo jugué contra LeBron cuando él tenía 14, 15 y 16 años [comparte año de nacimiento, 1984, con el astro de los Heat]. Es otro tipo de jugador, claro. Tiene que trabajar su cuerpo físicamente. Cuando eres un hombre grande, un pívot, dependes más de tu físico. Todavía crecerá. Las habilidades para pasar, para driblar o su tacto cerca de la canastas son innatas, las tiene. Creo que tiene condiciones para ser una estrella en la NBA. Es uno de los mejores jugadores de su edad. Con 24-25 años puede ser uno de los mejores del mundo".

Es la hora de Sabonis, un chaval de 17 años que carga con el peso de un apellido legendario, pero que tiene su propia carrera por delante. Málaga y el Unicaja tienen la suerte de asistir a sus primeros balbuceos. Será desde este próximo domingo.

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