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La humildad por bandera

  • El Unicaja debe superar al Lagun Aro y a su estado de euforia para dar continuidad a su buena racha. El equipo vasco ha perdido sus últimos seis partidos

Todo es alegría en el Unicaja. En el vestuario del Carpena suena la música pinchada por Jorge Garbajosa, los jugadores salen y entran de la sala de tratamiento con una sonrisa de oreja a oreja y las bromas se suceden en cada encuentro que se produce en el trayecto de una a otra estancia. El Unicaja es feliz, se siente a gusto con lo que hace y disfruta, por primera vez esta temporada, cada vez que salta a la pista. El clima es el idóneo para protagonizar un final de temporada ilusionante. El nuevo cuerpo técnico ha logrado dotar al equipo de personalidad, le ha hecho creer en sí mismo y ahora da la sensación de que la campaña se va a quedar corta. Y quizá por todo ello, la visita de hoy al Lagun Aro se convierte en una cita peligrosa.

Justamente ese, peligroso, fue el calificativo que empleó Garbajosa minutos después de la histórica paliza al DKV para definir la situación del equipo. Su veteranía le hace ser precavido. Basta un momento de euforia descontrolada y una pequeña dosis de narcisismo para despertar del sueño y darse el batacazo. Lo sabe Garbajosa y lo saben todos los pesos pesados del vestuario, incluido el propio Chus Mateo, que no ve con malos ojos el hecho de salir de Málaga en una coyuntura como ésta. El técnico habla en la previa de "euforia desmedida" y ha trabajado toda la semana en concienciar a los suyos de la importancia de no caer en la relajación. Han ganado los cinco últimos partidos y es el equipo más en forma de la Liga, pero el objetivo mínimo del play off sigue estando lejos de estar asegurado. Pese a la buena dinámica de las últimas semanas se está igual de cerca del cuarto puesto que del undécimo y eso obliga a no bajar la guardia.

La visita a San Sebastián está marcada en rojo en el calendario cajista, pues es la más accesible de las cuatro que hay que afrontar de aquí al final de la fase regular (las otras son a Valencia, Las Palmas y Barcelona). Las cuentas cuadran si se gana hoy y se amarran los dos partidos que quedan en casa (ante Meridiano Alicante y CB Granada). Además, se busca la sexta victoria consecutiva y conseguir algo que no pasa desde el pasado mes de noviembre: ganar dos veces consecutivas a domicilio en la ACB. Sucedió en Manresa (61-83) y Menorca (57-58).

El encuentro mide al equipo más en forma con uno de los que atraviesa por una pájara mayor. Los de Pablo Laso han perdido sus últimos seis partidos y han pasado de ser uno de los equipos revelación de la temporada a ocupar puestos de cola. Desde luego, si es por sensaciones, parece que los malagueños parten con cierta ventaja anímica. Mateo cuenta con los 12 hombres que han conseguido imbuir al equipo en este estado de felicidad. Todos están sanos. Ahora hace falta que sepan digerir toda esa euforia y no se olviden de los motivos que le han permitido llegar hasta aquí.

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