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De la ilusión a los nervios, una realidad compartida

  • El Málaga, con seis partidos sin ganar, y el Sevilla, con cinco, presentan las peores rachas de la Liga salvo el colista Zaragoza, que ha enlazado 13 sin conocer el triunfo

En agosto, Málaga y Sevilla compartían la ilusión de un proyecto nuevo fabricado para ser dos serios aspirantes a pelear por los puestos que permiten jugar la Champions. Cinco meses después, ambos equipos andan inmersos en una nerviosera que en el caso de los malaguistas se palia en la esperanza de que la inversión en fichajes de Abdullah Al-Thani se traduzca de una vez en resultados y en el de los sevillistas por un factor tan etéreo y subjetivo como la mejoría de juego. Detrás de todo están las figuras de Manuel Pellegrini y Marcelino García Toral, que tienen el apoyo institucional de los clubes y la creciente duda sobre su capacidad entre sus aficiones.

La realidad es que Málaga y Sevilla comienzan la segunda vuelta no sólo con la obligación de acercarse a los puestos de privilegio, sino con la urgente necesidad de zanjar con un balsámico y sonoro triunfo sus respectivas malas rachas: seis encuentros sin ganar los de Martiricos y cinco los de Nervión. Sólo el casi desahuciado Zaragoza los supera en este apartado, al acumular ya 13 partidos sin conocer el triunfo.

La afición blanquiazul no saborea un triunfo desde el 28 de noviembre (2-1 sobre el Villarreal). Desde entonces empató en casa con Osasuna y Atlético y perdió fuera frente a Real Sociedad, Valencia y Sporting antes de ser goleado en La Rosaleda por el Barça. El mánager general, Fernando Hierro, y el director deportivo, Antonio Fernández, se encerraron con la plantilla el lunes para hablarles a la cara a los jugadores y dejarles claro que Pellegrini tiene todo el apoyo institucional del club.

El Sevilla afronta este duelo en una situación extraña. Cinco partidos sin ganar es mucho lastre para este equipo que ya pasó por una racha similar antes de sus dos últimos triunfos, en Zaragoza y ante el Getafe. Más de un mes ha transcurrido desde aquel 5 de diciembre en que el Sevilla ofreció a sus aficionados el triunfo más holgado del curso: 3-0. Luego llegarían la derrota con el Levante, la humillante goleada ante el Real Madrid, el traspié en Vallecas y los dos empates con Espanyol y Betis. A la imagen de estos dos últimos partidos y a la positiva influencia de Reyes en el juego se agarra Marcelino, aunque reconoció el viernes que ya está bien de victorias morales.

Pero no sólo comparten malas rachas. El Málaga tiene similares problemas al Sevilla a la hora de definir ante la portería el juego que genera, aunque gana en este apartado: 22 goles a 20. En la faceta defensiva, en cambio, ganan los sevillistas con 20 goles encajados por 28 de los malaguistas.

Los de Marcelino han tardado una vuelta en dar con un patrón de juego, aunque siguen sin concretarlo en resultados. Los de Pellegrini siguen cayendo en el defecto de ser endebles atrás y de romperse por la mitad por la lentitud de su zaga y la soledad de Toulalan en el medio, algo similar a lo que ha sufrido Medel muchas veces. Demasiadas similitudes en dos proyectos que tratan de enderezarse en medio de los nervios de su afición.

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