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Una luz en San Mamés

  • El Athletic vuelve a soñar con la Champions desde su quinta plaza, una clasificación que no firma desde la era Valverde · Caparrós, artífice de regeneración y afinamiento

Algo está cambiando en Bilbao. Si hace tres temporadas el pesimismo sobre la viabilidad del modelo que históricamente ha seguido el Athletic se hacía real con más de un apuro para mantener la categoría (se salvó firmando un decimoséptimo puesto), la llegada de Joaquín Caparrós ha servido no sólo para volver a cimentar el edificio sin perder las señas de identidad en cuatro años, sino para volver a ilusionar a los socios más viejos de San Mamés con escuchar los sones del himno de la Champions, algo que no sucede en la Catedral desde hace trece temporadas (97-98), cuando Luis Fernández logró un subcampeonato de Liga impensable en los tiempos que corren. Entonces sólo iban dos representantes españoles a la Liga de Campeones y no cuatro, pero también eran otros tiempos para el Athletic, siempre obligado a luchar contra los contratos de televisión en el fútbol, que al final se convertía en una munición que, por su filosofía, no podía utilizar. Aquel equipo que con Heynkess raseaba y raseaba el fútbol, luego vertical con Ernesto Valverde -el último entrenador que llevó a los rojiblancos a una quinta plaza- no volvió a aparecer por San Mamés y los sabios aficionados rojiblancos empezaron a tener que aprender a tomarse las cosas con tranquilidad y ver el descenso cerca algún que otro curso.

Ha tenido que pasar más de un lustro para volver a pensar en Europa de verdad. El ejercicio 03-04, el año de Valverde, fue el último de una clasificación continental con todas las de la ley y acariciando Champions, pues el paso este año por la Liga Europa fue gracias a la final de Copa en la que Caparrós logró meter al Athletic.

El racial entrenador utrerano ha significado un antes y un después en la historia reciente del centenario club. De hecho, la prueba está en que Bilbao está literalmente forrada con su cara. Imagen de una entidad bancaria, el rostro de Caparrós cuelga incluso de edicifios céntricos a 10 por 20 metros o incluso más. En su cuarta temporada en el Athletic -puede que sea también la última-, Caparrós ha logrado que el fútbol vuelva a ilusionar en Vizcaya. Seis puntos separan al Athletic del cuarto puesto después de su victoria en todo un clásico recuperado este año, el derbi vasco ante la Real Sociedad, un partido en el que debutó el vigésimo cuarto canterano que tiene algo que agradecerle al ex técnico de Recreativo, Villarreal, Sevilla y Deportivo.

más que cantera

La presencia de Raúl Fernández en la portería del Athletic el pasado sábado ha sido el último gesto de Caparrós hacia la factoría de Lezama, una apuesta que puede considerarse muy prolífica con una media de seis debutantes por temporada, aunque si bien es algo que hay que valorar del trabajo del entrenador en el Athletic, más importancia tiene terminar de perfilar a futbolistas que han explotado en algo así como campeones del mundo, como son los casos de Fernando Llorente y Javi Martínez. Junto a ellos y haciendo lo propio con jugadores como David López, Iraola... el toque final ha sido una apuesta por la cantera con cuatro nombres propios más allá de los 24 a los que les dio la palmada en la espalda. Koikili, Susaeta, Toquero y Muniain son los canteranos de Caparrós. No más. Y el último apunta a estrella... En un escalón inferior estarían San José, Vélez o De Marcos. Luego, los demás.

Todo, metido en una coctelera en la que también estaría la personalidad de un entrenador con sus cosas, complicado para lo bueno y para lo malo, es el Athletic que hoy, después de haberle visto las orejas al lobo, tiene muy cerca Europa y sueña otra vez con la Champions.

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