Weligton pasó de granjero espartano a futbolista precoz en un santiamén. Unas cuantas temporadas exitosas en Brasil le catapultaron a Europa vía Grasshoppers. Allí lo descubrió el Málaga, como el tercer mejor central de la liga suiza. Aquel brasileño de piernas finísimas y estridente indumentaria pronto se convirtió en mariscal. Y como tal es tratado en Martiricos. Ayer se anunció su continuidad hasta junio de 2015, pero su rendimiento puede ampliarla hasta 2017 año a año. Entonces, estará a punto de cumplir 38 años. Y cumplirá su sueño de acabar jugando en Brasil, se retirará o sacará más fuerzas de flaqueza para seguir aquí. Pero ya como condestable y, por supuesto, legendario.

El de Fernandópolis ha completado seis temporadas exitosas, la séptima todavía no la ha podido estrenar por esa fractura de clavícula que le procuró un tren llamado Benteke en Villa Park. El acto de la firma, desde luego, no puede ser más simbólico. Dispone del alta médica, se encuentra en buen tono físico y debutará en Liga este curso en la reanudación de la competición. Este mediodía (13:00), en la sala de prensa de La Rosaleda, comentará sus sensaciones al respecto, que le acercan a ese sueño de hacer una vida en Málaga. Si completa los años opcionales de su contrato, habrá cerrado una década en blanquiazul. La historia del club en todas sus denominaciones apenas ha permitido a futbolistas cumplir ese hito.

Cualquiera hubiera predicho una carrera tan prolija cuando su estancia estuvo a punto de quedarse únicamente en su primer año de cesión. Y es que su préstamo desde Suiza incorporana una opción de compra por 500.000 euros que, aunque hoy en día no suena una cantidad muy importante, menos aún viendo la estupenda trayectoria de Weligton en Martiricos, a punto estuvo de no poder ejecutarse. En pleno estallido concursal, el mandato de Fernando Sanz chocó frontalmente con las estrecheces económicas de su dirección y con la negativa inicial de los administradores concursales (Daniel Pastor, José Manuel Fernández y Pablo Franco) a afrontar dicho gasto. Incluso éstos llegaron a tirar para atrás un crédito bancario y un aval de la operación que había gestionado el director general de la época, Luis Yáñez. Con el futbolista desesperado y tras haber logrado una moratoria del Grasshoppers para posponer la ejecución de la opción de compra de finales de abril a mediados de mayo, la operación pudo cerrarse. Lo hizo en otros términos, con un montante global de 550.000 euros pagaderos en dos plazos y un contrato para el central hasta 2012.

Eso ya es pasado. El presente habla de un defensa consolidado y que, a pesar de una entrada fuerte a Messi no vista por el colegiado que le costó sonoros reproches desde Barcelona, posee mucho respeto en el fútbol español por su notable y regular rendimiento. Siempre codiciado por otros clubes cuando ha estado a punto de finalizar contrato con el Málaga, su estadística confirma su buen hacer. Es de los pocos bicentenarios del plantel junto con Jesús Gámez y Duda. En total, son 202 encuentros oficiales en los que ha vestido la elástica blanquiazul. El gol nunca fue su fuerte, aunque sus siete goles le tienen, junto a Demichelis, como el defensa más realizador de la historia del Málaga CF.

El ascenso a Primera y la participación en la Liga de Campeones son sus grandes conquistas como blanquiazul. Tres grandes retos se le quedaron por el camino pero aún no son descartables: alcanzar la internacionalidad con Brasil, obtener la doble nacionalidad y levantar un título.