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Un minuto es una vida (2-1

  • Duda, con una asistencia y un gol en un pestañeo, rescata a un Málaga que sigue emitiendo señales muy preocupantes. El triunfo permite la autocrítica desde una clasificación cómoda.

La vida es tan grande que cabe en un minuto. En un minuto se pierde el amor de una vida. Se escapa un avión que no vuelve. Una tormenta destroza el futuro. Un vejestorio de 36 años se convierte en leyenda. Un minuto tarda el ascensor del infierno al cielo. El fútbol, más aún que la vida, cabe en un minuto. El de Dortmund dejó una cicatriz imborrable. El de ayer agitó La Rosaleda como en las noches más vibrantes. Un minuto es redentor, rescata, esconde las miserias bajo el felpudo. El Málaga sonríe. De alegría y de alivio. Todo por un minuto mágico. Que debe traer más calma a La Rosaleda y no hacer olvidar el catálogo de desastres en el que está embutido el conjunto blanquiazul. Pero Duda, el guardián del minuto, permitió que la necesaria autocrítica y el trabajo pendiente se hagan desde un escaño clasificatorio más templado. Qué sería del fútbol sin ese minuto de locura.

Duda es el árbol. Y el numeroso trabajo por hacer es el bosque. Toca festejar la remontada en un pestañeo porque no siempre se producen. Porque el último recuerdo de un minuto así deja la imagen de Reus y Santana rompiendo el corazón blanquiazul en mil pedazos. De vivir el parón con cinco puntos y en plaza de descenso a la calma de la zona media y dos semanas de trabajo cambiando el yugo por la frente arriba. Una de las victorias más festejadas es también uno de los peores partidos perpetrados por el Málaga. Digno de los horrores en la época de Jesualdo Ferreira o Manolo Hierro. El pitido final habría sido el primero de muchos en la grada de no mediar el milagro. Aunque a veces basta hacerle la autopsia a los milagros para comprender que su materia prima es la lógica. En el 1-1 la jugada fue de una banda a otra, en el 2-1 se buscó el dos contra uno y los pasillos interiores. Justo el instrumental que más se necesita para descoser a un rival casi una hora en inferioridad numérica.

Hay deberes para todos. En tres minutos, bofetada para Juande y Diego Llorente. Valverde había visto los problemas del madrileño a la espalda. Bastó un balón de De Marcos para ello. Si para colmo es Aduriz el que lo debe aprovechar, poco más que hacer. El delantero le regaló un master al central y recordó que siete jornadas después, el técnico no encuentra cómo paliar los problemas defensivos. Sin reacción, llovió el primer milagro. Rosales despejaba un balón y estrelló su bota en el cuerpo de Balenziaga, que reaccionó coceando desde el suelo. Amarilla para el lateral por la amnistía de estar el balón de por medio y roja para el vasco. El cielo se abría para obrar la remontada.

El primer impulso fue En-Nesyri por Llorente. Camacho de seudocentral y, de paso, un interesante experimento para el futuro. La ambición no vino acompañada de inteligencia ni astucia. El Málaga se precipitó y aceptó la invitación rojiblanca a pelear, zafar y hacer cualquier cosa que parara el ritmo y acelerara el reloj. Sin sentido táctico y torpe, se ahogaba en su propia impotencia. La segunda ficha aportaba más velocidad, Juan Carlos por Ricca. Por entonces, En-Nesyri trataba de convertir todo lo que le caía del cielo. Centros laterales, la defensa más cómoda para un equipo con diez.

Entonces salió Duda. Por Charles, lo cual trajo otra ración de pitos. Pero ese fue el cambio con mayor sentido de todos. El luso se dio cuenta de cómo se desangraba el Málaga, sacó la vara de mando y empezó a dibujar los pases que más dolían al Athletic. La remontada respondió a su invocación y dio un triunfo que llegó desde la lógica numérica y un multivitamínico de musas. El Málaga sigue sin estar bien trabajado y no obrará milagros de continuo. Mejor 89 minutos sólidos que uno mágico.

Árbitro: Del Cerro Grande (madrileño). Aunque acabará muy criticado, los jugadores se lo pusieron muy, muy complicado ayer. Su asistente estuvo atento para ver el intercambio de patadas entre Rosales y Balenziaga, aunque tampoco hubiera sorprendido la roja para el venezolano. Multitud de faltas y juego bronco no le ayudaron a administrar las amonestaciones. Algo polémica la segunda amarilla a Koné en el descuento.

Tarjetas: Rojas Balenziaga (36') y Koné (70' y 94'). Amarillas Rosales (36'), Ricca (46'), De Marcos (52'), Chory Castro (54'), Sabin Merino (59'), Recio (68'), Duda (83'), Charles (84'), Lekue (86') y Juanpi (88').

Goles: 3' Aduriz. De Marcos busca bien la espalda de Diego Llorente y el delantero hace el resto: controla de espuela, aguanta la carga del central y sortea la salida de Kameni con el interior de su bota izquierda. 82'Sandro. Porfía la bola Chory Castro para que no vaya a córner, centra rápido, Recio toca el esférico, Duda cede atrás y el canario, de primeras, conecta un tiro perfecto que entra tras tocar en la base del palo derecho. 83'Duda. Gran acción rápida que inicia el luso, Chory Castro inventa un pase para Juan Carlos y éste la cede atrás para que el portugués la empuje con comodidad. Incidencias: Partido de la séptima jornada en la Liga Santander disputado en La Rosaleda ante 23.080 espectadores. Se hicieron varios actos previos sobre el césped con motivo del Día Internacional de la No Violencia.

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