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Entre el optimismo y la preocupación

Turín le dejó al Real Madrid una resaca con sentimientos divergentes: la mínima derrota 2-1 ante la Juventus le permite sostener esperanzas fundadas de repetir una final de Liga de Campeones, pero el juego exhibido también infunde una razonable preocupación.

El conjunto blanco mostró el martes la misma imagen de irregularidad que viene alumbrando durante las últimas semanas. Le cuesta cerrar los partidos y llevar el mando ante el rival, pero se agarra a los resultados para mantenerse vivo en la Champions y la Liga. Aunque sea con agonía.

Lo cierto es que el equipo español estuvo muy cerca de dejar encarrilado el pase con un remate al larguero de James Rodríguez antes del descanso que pudo haberle dado a los blancos una importante ventaja 1-2. Pero luego llegó el penalti anotado por Carlos Tévez que definió el choque y una segunda parte sin juego ni ocasiones. Nadie es mejor que el técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, para insuflar ánimos a su afición. "Estoy preocupado lo justo, el resultado no es malo", dijo tras el encuentro.

Sin embargo, y lejos de pragmatismos y estadísticas, el Real Madrid no actuó con la autoridad esperada en Turín. Más que eso, emitió signos preocupantes tanto en defensa, muy nerviosa, como en ataque, sin un plan nítido.

Esta vez el experimento de poner al central Sergio Ramos en el centro del campo no funcionó. El defensor tuvo enormes problemas con el balón y sin él, lo que lastró el despliegue de su equipo.

No sólo eso, sino que la abundante presencia de zagueros no se tradujo en seguridad defensiva. Más bien al contrario. Así, jugadores como Pepe, Varane o Marcelo estuvieron muy alejados de su mejor versión. Y eso no se lo puede permitir dos veces un equipo dentro de una competición que tanto penaliza los errores, como es la Liga de Campeones. Es de suponer que el esperado regreso de Karim Benzema ponga fin a la presencia de Ramos en la medular y que el Real Madrid recupere su tridente ofensivo. Sin embargo, la baja forma de Gareth Bale añade otro motivo más de preocupación para los blancos.

Y a eso se suma que el equipo de Ancelotti vuelve a vivir pegado a Cristiano Ronaldo, quien marcó los últimos cuatro goles de su equipo. Hizo un hat-trick en el campo del Sevilla en el costoso triunfo 2-3 en la Liga y añadió otro tanto ante la Juventus. ¿Qué pasará cuando el portugués no esté tan acertado?

El Real Madrid se jugará la temporada en los dos próximos partidos. Así, el sábado se mide al Valencia con la obligación de ganar si quiere llegar a las dos últimas jornadas de la Liga con opciones. Está a dos puntos del Barcelona, el líder, y no tiene margen alguno de error.

Y lo mismo para la Liga de Campeones, pues ya sabe que tendrá que ganar el próximo miércoles a la Juventus si quiere repetir final.

Por lo pronto, el equipo blanco ya se encargó de preparar el duelo y James Rodríguez publicó el martes en las redes sociales un polémico mensaje: "El Bernabéu tiene que arder y nosotros salir a matarles".

Pero el Real Madrid deberá exponer no sólo una mentalidad agresiva, sino también una mejora sustancial de su juego si quiere romper el muro defensivo que planea la Juventus para la vuelta.

Además, una estadística aguijonea el ánimo de la hinchada blanca: el Real Madrid nunca pasó a la final de la Copa de Europa cuando perdió el primer encuentro de las semifinales.

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