Para recordarlo y saber lo que no hay que hacer. El Unicaja recibió en Bilbao una humillación que debería grabarse de alguna manera en las paredes del vestuario del Carpena si este equipo de verdad, como así se dice desde dentro y se había demostrado hasta ayer, quiere competir por lo más alto. El equipo de Joan Plaza fue zarandeado sin piedad por un hambriento Dominion, que entró al partido como un toro bravo mientras el Unicaja miraba. La imagen no le hace justicia a la jerarquía de este equipo, a su habitual seriedad y competitividad. Si alguno de los nuevos no había entendido dónde estaba ya no tiene excusas. La derrota (88-70) fue hasta corta para lo que diluvió en Miribilla. Con menos intensidad, energía y actividad se gana pocas pistas de la ACB.

En la búsqueda de la regularidad y la constancia, el Unicaja aún traquetea. La solidez es indispensable a partir de enero, hasta entonces existe cierta indulgencia. Pero lo de ayer fue demasiado duro de contemplar. No se puede decir que la actitud fuera horrible, pero la energía y el deseo escaseó. La bochornosa puesta en escena del Unicaja le dejó tocado. De nuevo, una máquina de perder balones. En el primer cuarto ya se habían extraviado los mismos, seis, que en 40 minutos ante el Darussafaka. Y muchos pases de pecho en defensa, el Bilbao generaba desequilibrio en cada uno contra uno. No había rastro de la entereza cajista, esa que le ha permitido aguantar y competir siempre en lo que va de temporada. En el primer tiempo, sencillamente, no había partido, el Bilbao le propinaba una inusual tunda al Unicaja, escasamente vista en la era Plaza en Málaga. Advertía el técnico del propósito de revancha rival tras seis derrotas consecutivas. Y no se equivocaba. Había colmillo retorcido en Bilbao.

Bertans enchufaba triples, Bogris cargaba el aro rival para dar segundas opciones, James dominaba los aros y el eterno Mumbrú desequilibraba. La rotación de Kuzminskas privó del único asidero en el que se sostenía el Unicaja, negado otra vez en ataque (0/8 en triples al descanso). El Bilbao colapsaba la zona y no había manera. Méritos para el equipo vizcaíno, que endosaba un descorazonador parcial de 16-0 para extender la renta de 17-13 a 33-13. Nada menos que 20 puntos abajo en el minuto 14 de partido. No había soluciones, ni en el campo ni en el banco. Apenas el rubio lituano y algo de descaro de Nedovic impedían que se apagara la luz. Tras marcar un tope de 22 puntos de renta James (46-24), se maquillaba el hueco al descanso (46-30), después de una bronca del inefable Hervelle y Thomas.

Markovic anotó, al décimo intento colectivo, el primer triple del Unicaja en el partido. No valió para nada. El diluvio universal caía sobre el equipo malagueño, incapaz de tapar las vías de agua defensivas y de encontrar algo de seso en ataque. Apenas Kuzminskas, otra vez. Los triples caían a discreción en el bando bilbaíno y uno de Suárez, el prometedor Álex que ya fichó el Madrid, llevaba el duelo hasta los 25 puntos de hueco (65-40).

De ahí al final, un poco de chapa y pintura para evitar un escarnio y minutos para que Nedovic coja confianza y se convierta en un jugador de calibre decisivo para el equipo. Poco más que rescatar de un partido que no se debería olvidar en el vestuario del Unicaja. Casi todo lo que se puede hacer mal se hizo. Ése no es el camino.

- Ficha técnica:

88 - Dominion Bilbao Basket (24+22+26+16): Hannah (8), Bertans (18), Mumbrú (18), Hervelle (7) y James (12) -cinco inicial-; Raúl López (3), Ruoff (8), Alex Suárez (3), Bogris (8), Dejan Todorovic y Borg (3).

Entrenador: Sito Alonso.

70 - Unicaja (13+17+20+20): Nedovic (15), Jamar Smith (11), Kuzminskas (17), Will Thomas (6) y Vázquez -cinco inicial-, Markovic (5), Jackson (3), Díez, Suárez (4), Vázquez (7) y Díaz (2).

Entrenador: Joan Plaza.

Parciales: 24-13, 46-30 (descanso), 72-50 y 88-70 (final).

Árbitros: Pérez Pérez, Castillo y Pérez Niz. Eliminado por faltas Ruoff (m.38), Bogris (m.39) y Bertans (m.40).

Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga Endesa, disputado en el Bilbao Arena de Miribilla ante 9.102 espectadores, según la estadística oficial del partido.