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A un paso de la gloria (74-77)

  • El Unicaja infantil perdió en la final de la Minicopa en los últimos instantes El pívot lituano Balciunas fue proclamado MVP de la final Carrillo y Moreta, los mejores por parte cajista

Es el primer torneo a nivel nacional de gran relevancia que disputan las grandes canteras del panorama español en las canastas grandes. Con apenas 12, 13 o 14 años, los chicos del Unicaja y el Real Madrid disputaron una de las finales más igualadas de entre todas las ediciones de la Minicopa. Cuatro tiros libres de Méndez certificaron la victoria para el cuadro blanco, revalidando el título conseguido en Vitoria.

Se vieron proyectos de futuros jugadores de la liga Endesa. Llegarán en unos seis años, si su evolución continúa siendo buena como lo ha sido durante los tres días que ha durado el torneo. Apunten el nombre de Tamas Balciunas. El lituano, de 1.92 metros, fue el MVP del torneo y en la final alcanzó los 28 puntos, 19 rebotes y 41 de valoración.

Fue el sostén del equipo durante el tercer cuarto, en el que el Unicaja dominó merced al acierto de Moreta desde la línea de tres puntos. Pablo Fernández, acertado durante todo el torneo, no pudo parar a Balciunas, que recibió una y otra vez en el poste bajo. Como buen jugador lituano, tiene buena mano desde bien pequeño, lo demostró en el tiro libre.

Moreta, el escolta cajista, fue, para su entrenador, Manolo Bazán, el MVP de la final. Lo hubiese sido si su equipo hubiese vencido. El pasado sábado demostró tener suficiencia para meter puntos, pero la exhibición que realizó ayer en el triple (6/8) quedó empañada con la derrota.

El club malagueño tuvo en su mano hacerse con el triunfo, pero en apenas un minuto el Real Madrid le dio la vuelta en el marcador al encuentro. Carrillo, sobresaliente en la dirección, tuvo que retirarse unos minutos de la pista debido a que se le subió el gemelo y dos jugadas después era Moreta el que se marchaba debido a una quinta falta personal algo discutida.

Fue el momento entonces de Óscar Méndez. El base del Real Madrid empezó el partido de forma brillante, penetrando una y otra vez la defensa malagueña, sin ajustarse durante algunos momentos del partido, como suele pasar con esta edad. Cuando más apretaba el tiempo, falló dos tiros libres producto de los nervios. Pero lo que parecía que podía tornarse en verde lo hizo en blanco con los tiros libres del pequeño director de juego madridista. La fiesta terminó con el Real Madrid celebrando en el centro de la pista un título que costó amarrar hasta los últimos segundos del encuentro.

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