En Primera División, si no estás a buen nivel cualquier equipo te puede derrotar. No hay que diferenciar entre rivales grandes o pequeños, pues cada partido tiene diversas fases que pueden marcar su resultado final. Partiendo de esa base, la necesidad que pueda tener un equipo y otro sí puede influir a la hora de afrontar las situaciones que se pueden vivir en un encuentro.

En esta ocasión, la derrota del Málaga por abultada y excesiva que parezca se puede achacar a diversos errores en momentos puntuales del partido. Tras el gol de Juanmi, Sergio Sánchez comete una falta innecesaria en la frontal, pues el delantero no tenía posibilidad de generar peligro en esa jugada. Después llega la acción del penalti y se complica muchísimo todo.

Con respecto a jornadas anteriores donde las coberturas y la contundencia en la zaga malaguista eran sobresalientes, el sábado evidenciaron una falta de coordinación y efectividad a la hora de despejar que propiciaron varios de los tantos granotas. El equipo mostró una gran fragilidad defensiva, y ese es un aspecto que compete a todo el equipo, no sólo a los zagueros. Se concedieron demasiados contragolpes ante un rival muy rápido.

En el caso de Sergio Sánchez, no dudo de su compromiso con el equipo, pero sí es cierto que notó la falta de ritmo ante unos delanteros con mucha velocidad y movilidad. Necesita jugar partidos para recuperar su nivel.

Es curioso que el único cambio en el once con respecto al lunes por el de Recio por Darder. La ausencia del balear no fue tan decisiva, pero si el bajón de nivel que mostraron algunos jugadores con respecto al partido del Valencia. Además, Recio no está siendo el jugador con personalidad que vimos en Granada y que tan buenas sensaciones dejó. Se espera más de él, aunque Gracia sigue teniendo mucha confianza en el malagueño.