Si de por sí el encuentro ya era comprometido, la baja de García Vega lo complicó aún más. A eso hay que unir el acierto del primera línea del cuadro leonés Jackobsen, auténtica pesadilla de los antequeranos. De sus manos nacieron las primeras acciones ofensivas de los de Ribera, superiores desde el principio. Ortega sustituyó a los porteros mediada la primera mitad, quitó a un desacertado Jahns y tiró de banquillo para enmendar la situación. La defensa, sin embargo, seguía siendo un lastre. Xavi Pérez, con dos paradas consecutivas, espoleó a los suyos, Kogovsek puso el 6-8 y el Fernando Argüelles se vino arriba.

Pero la alegría duró poco. Laluska cogió el papel de Jackobsen y la brecha, con un parcial de 0-3, volvió a reproducirse. Ni el tiempo muerto del técnico antequerano ni el 5-1 defensivo de los locales en los últimos segundos de la primera mitad evitaron una sentencia casi definitiva.

La situación varió radicalmente con el inicio de la segunda mitad. Los antequeranos salieron a por todas y, en una demostración de casta, le endosaron un parcial de 4-0 que les volvió a meter de lleno en el encuentro. Doce minutos sin recibir un gol que en otros momentos, en otra situación, hubiesen sido definitivos. A pesar de todo, el Ademar no se descompuso. Saric volvió a tomar protagonismo con sus paradas, el juego de ataque apuraba cada acción para sobre el juego pasivo marcar gol y hacer más daño psicológico si cabe. Aparecieron entonces los nervios y las acciones precipitadas y el cuadro leonés recuperó el terreno perdido. El Antequera, finalmente, sólo pudo maquillar el resultado.