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De récord en récord

  • El equipo malagueño, que sigue sexto, encajó su peor derrota liguera de los últimos cuatro años siete días después de firmar la mayor paliza histórica de la ACB · Preocupación en el club por el inesperado paso atrás

El Lagun Aro le bajó el sábado los humos a un Unicaja soberbio y altanero. Los malagueños cayeron en el error de creerse algo que todavía no son. Se dejaron llevar por la buena racha de resultados y por las buenas sensaciones desprendidas en las últimas fechas y no se presentaron en San Sebastián con la actitud necesaria. Existía cierto temor de que eso sucediera. Los mensajes emitidos desde la plantilla y el cuerpo técnico en la previa iban, de hecho, dirigidos a advertir de ese peligro. Pero todo quedó en meras palabras. A la hora de la verdad, hubo bajada de brazos general y eso llevó al equipo a encajar una derrota de una contundencia inesperada cuyos efectos están aún por calibrar.

Tan contundente fue que se trató de la más abultada encajada en Liga por el equipo cajista en los últimos cuatro años. Los 23 puntos de diferencia por los que se perdió en San Sebastián (90-67) es la desventaja más amplia desde el 25 de mayo de 2007, cuando se perdió en el Buesa Arena de Vitoria por 25 puntos de ventaja (88-63). Lo más llamativo es que la afrenta se produjo sólo una semana después de que los de Chus Mateo firmaran ante el DKV Joventut la victoria más amplia en la historia de la ACB. De una gran demostración de ambición a un patético ejercicio de desidia en sólo siete días.

Los resultados de la jornada permiten que el equipo se mantenga en la sexta posición, aunque ha aumentado su desventaja con los de arriba y se ha reducido su ventaja con los de abajo, pero la sensación que describe el poso dejado por la derrota en Donostia es de decepción y frustración. Ni los directivos desplazados al País Vasco (presidente y director deportivo) ni el cuerpo técnico esperaban este sorprendente paso atrás y ahora existe cierta preocupación. Hay que comprobar cuáles son sus consecuencias anímicas. Y no se contaba con ello.

El viaje de regreso a Málaga no fue el esperado. Caras largas, poco diálogo y la sensación de que se había perdido una oportunidad única para encarrilar la presencia en el play off. En la cena posterior al partido se analizó el calendario y, ante el difícil camino que aguarda a domicilio (Valencia, Las Palmas y Barcelona), se llegaron a hacer cábalas sobre un posible quíntuple empate a 18 victorias al final de la fase regular. El fin de semana fue tan malo que ni siquiera Joel Freeland pudo disfrutar de su primer MVP de la jornada. Firmó 35 de valoración, pero Carroll le superó con 38.

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