Ciclismo l Vuelta a España

El relevo del gran Cavendish

  • Henderson hace fuerte al Columbia, que no confió en él · El carmonense Rosendo estuvo fugado 160 kilómetros

Greg Henderson asumió el papel de su imbatible compañero del Columbia Mark Cavendish y se adjudicó la tercera etapa de la Vuelta, de 189,7 kilómetros entre Zutphen y Venlo, jornada de transición en la que el suizo Fabio Cancellara retuvo una jornada más el jersey de oro. Henderson, de 32 años, procedente del ciclismo en pista, se impuso con clara superioridad al esloveno Borut Bozic (Vacansoleil) y al español Óscar Freire (Rabobank).

La victoria del neozelandés fue un éxito inesperado, ya que su cometido era preparar la llegada a su compañero alemán Andre Greipel. "Pero como no aparecía decidí lanzar el ataque victorioso", explicó.

Un final inesperado, en el que los grandes especialistas no terminan de imponerse, caso del propio Freire, de Boonen, de Gerrans o Daniele Bennati. A falta de Cavendish, está claro que no hay pronóstico al sprint. Así terminó una jornada, que mantuvo a Cancellara al frente de la general. Ahora su vecino más inmediato es Henderson, que gracias a la bonificación se puso a 6 segundos, y tercero es el alemán Ciolek a 8. El primer español es David García Dapena (Xacobeo), a 18 segundos de la cabeza.

La escapada del día fue tempranera. Primero se animó un trío en busca de minutos de televisión. Por una parte Jesús Rosendo, del Andalucía, natural de Carmona. El consejero andaluz asistió a la salida de Assen a promocionar el turismo de la Comunidad sureña. Por otra Lars Boom, un talento del Rabobank, banco que patrocina la mayor parte de los acontecimientos deportivos en Holanda, y el tercero, Johnny Hoogerland, del Vacansoleil, equipo local que promociona parcelas en los campings.

Posibilidades de triunfo, cero, pero se independizaron en buena armonía apenas dio el bajonazo la bandera de salida. Por delante una llanura interminable de casi 200 kilómetros a través de estrechas carreteras, una breve incursión por Alemania y una dificultad orográfica de 95 metros de altitud.

Sin embargo, la máxima preocupación del grupo consistió en estabilizar la fuga en torno a los tres minutos y salvar sin accidentes las innumerables rotondas del viaje. De ello se encargó el Saxo Bank del líder Fabian Cancellara y de Andy Schleck. El joven luxemburgués mostró sus verdaderas intenciones en esta Vuelta haciendo de aguador. No parece el subcampeón del Tour dispuesto a pelear por el podio de La Castellana.

Resistió Rosendo, todo un especialista de las escapadas, que tuvo ganas de soltar a sus dos compañeros de aventura a 28 kilómetros de meta para marcharse en solitario en busca de Venlo, la capital de Limburgo. Esfuerzo estéril, pero al menos echó una mano en la promoción turística de Andalucía.

Los últimos doce kilómetros, con los 198 corredores que conforman el pelotón, fueron de control del Quick Step, Garmin y Columbia, que dejaron la recta de llegada despejada de intrusos. Pronto se excluyó Boonen, mientras Freire se buscaba la vida como habitualmente y Farrar entró en la recta mal colocado.

Así que el Columbia puso la alfombra roja para Greipel, el candidato en ausencia de Cavendish, pero el alemán no se presentó a la cita, por lo tanto Henderson, que no entraba en los planes de su director para venir a la Vuelta, tomó el mando con un certero ataque final que le llevó a la victoria. Y tapó la boca a los que no confiaban en él.

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