Julio Baptista se lesionó en un entrenamiento cuando mejor se sentía físicamente. Había superado su primer reto con el Málaga, ponerse en forma tras sus escasos minutos en la Roma. Pero chasqueó su rodilla y tuvo que parar siete jornadas. Se marchó a Brasil a operarse, a tratarse y a recuperarse. Cuestión de confianza. La que necesita y puede volver a sentir hoy, que está de vuelta en las convocatorias blanquiazules. Parece apresurado verle en el once titular, aunque Pellegrini ya sorprendió en el Camp Nou dándole 90 minutos inopinados. Otras siete jornada son las que le quedan al brasileño para conseguir el segundo de sus retos en Martiricos: contribuir activamente para la salvación.

Ya avanzó la semana pasada Pellegrini que contaría con él para este partido. Hasta su lesión, Baptista había firmado dos goles (Valencia y Getafe). Lo más interesante de él se vio en Mestalla y a esa versión se aferra el internacional para recuperar su mejor fútbol.

En sus ausencias, Sebastián Fernández ha sabido llenar el vacío del brasileño con otra fórmula futbolísticamente, más efervescente y guerrera, también muy efectiva para liberar de trabajo defensivo a Rondón. Pellegrini confía en recuperar a la sociedad bestial que formaron venezolano y brasileño. Confía mucho Baptista en el vinotinto y de hecho está convencido de que le puede ayudar a conseguir muchos goles. Él, presumiblemente, también los aportará. El Málaga gana con él más presencia ofensiva y amenaza desde el balcón del área. Hoy, primer episodio del reestreno de Baptista como blanquiazul.