unicaja | fiatc joventut

Con sello vikingo

  • Stefansson lidera el triunfo del Unicaja, que acumula un valioso 12-0 en los partidos de casa Gran exigencia de un Joventut peligroso que acabó rendido

Las victorias del Unicaja gotean como agua en la garganta de un sediento. No sacian, sino reconfortan. Ya van 17 y la fuente abierta en la Liga Endesa. El Joventut fue la última víctima del reguero. Gran partido de los dos equipos, admirable el cuadro badalonés. El cuñado de Plaza, Salva Maldonado, ha armado un bloque diferente al que cuesta descifrar, le ha hecho partido o le ha ganado a todos los grandes. Y su campaña es de sobresaliente. Exigió al mejor Unicaja. La máquina coral que arrancó el partido a mil revoluciones con un parcial de 14-0 entró en el último cuarto con cuatro puntos de desventaja. Pese a ello no se descompuso, supo agarrarse a la mano de Jon Stefansson y venció (81-77).

El hecho de que el islandés fuera el hombre determinante del encuentro habla de la coralidad del bloque que ha construído, aún con embellecimiento pendiente, Joan Plaza. Stefansson, un hombre de rotación, destrozó el partido en el último cuarto, en el que anotó 10 de sus 16 puntos. Con los pespuntes normales por coser a estas alturas de temporada, el Unicaja es granítico en la ACB, juega con la soltura que no lo hizo en el primer mes del Top 16. Las manos no se encogen y la cabeza no da vueltas cuando viene una mala racha, al contrario, se sobrepone. Stefansson es la imagen gráfica del Unicaja que quiere Plaza, imprevisible ofensivamente porque no se sabe quién puede asestar la última puñalada. Si el teórico último jugador de la rotación exterior es capaz de decidir un encuentro ofensivamente sin ser un jugador eminentemente atacante es que el plan va resultando.

El partido comenzó con un tiroteo malagueño sobre el aro catalán que indujo a confusión. Dos triples de Granger, uno de Toolson y uno más de un Green ganado para la causa. Otra canasta del ala-pívot colocaba un 14-0 de salida que no condicionaría el resto del encuentro. El humo de las balas le dio al Unicaja el margen necesario para gobernar las embestidas en primera instancia del animoso y competitivo Joventut, un equipo a la altura de su prestigiosa y venerable historia, con una mezcla interesante de veteranos y noveles. Ofreció picos de juego el Unicaja en su primer tiempo muy altos, de los mejores niveles de la temporada, con la sensación de que van cuajando los roles definitivamente y de que poca cosa chirría en la maquinaria. Esa sensación de "apisonadora" que describía Germán Gabriel en su presentación tenía ayer una manifestación clara. Que sale Golubovic, pues seis puntitos aprovechando rebotes y continuaciones. Que salta Stefansson, dos triples liberado para adentro. Aparece Markovic, pues se aprovecha de las ventajas físicas para jugar en el poste bajo con sus rivales, Mallet o Hannah. Y así con el resto de jugadores. Suárez era capaz de generar 11 puntos de valoración sin tirar a canasta. Todo aliñado con una defensa cada vez más agresiva y profunda, capaz de hacer 2x1 en el centro del campo con los pivots convencidos de su labor y propiciar pérdidas de balón rivales. Voluntad máxima en el rebote (18 al descanso, nueve en ataque, por siete de los rivales en total) y acierto en el triple (9/16) condimentaban un gran primer tiempo, pero la renta no era clarificadora (49-39). El Joventut se resistía con detalles del Sergi Vidal que apenas se vio por Málaga y con apuntes del talentazo Abalde.

Y ese Joventut que había estabilizado el partido tras un comienzo muy adverso se hizo con las riendas en la reanudación, jugando a lo que sabe. Elevó el nivel defensivo, cogió 12 rebotes en 10 minutos (por siete en los 20 anteriores) y corrió para generar canastas complicadas. Aun con un buen porcentaje de triple (12/28 al final) no tuvo el desquiciante acierto del partido de ida. Pero el Unicaja se atascó en ocho puntos en el cuarto. No encontró soluciones para dividir la defensa verdinegra, tampoco para colocar balones interiores favorables. Si en la primera parte anotó nueve triples, sólo dos en la segunda y uno de Toolson fue en la primera jugada. Plaza rotaba buscando una solución, pero también para desgastar a un rival que tiene piernas limitadas en sus hombres más clarividentes.

Con cuatro puntos de desventaja (57-61) tras un triple dañino del motivadísimo Sergi Vidal en la última jugada del tercer cuarto comenzó un periodo en el que se decidió un partido con intensidad propia de algo más serio que un partido de liga regular. Un triple de un Vasileiadis muy trabajador pero al que le falta esa pizca de suerte para ser el torbellino ofensivo que se imagina devolvió ventaja (66-63). Pero aquello se convirtió en un duelo al sol. Stefansson contra Mallet en primera instancia. El vikingo se echó al equipo a las espaldas, corrió, defendió, anotó... Y el Joventut cayó rendido ante un Unicaja granítico, inabordable en el Carpena.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios