El FC Barcelona ha ganado en el Camp Nou al RCD Espanyol (1-0) en un derbi flojo, que tuvo bastante poco de fútbol y nada de la emoción extra que suele presentar un partido entre rivales, con lo que fue un gol de un Alexis Sánchez en racha, gracias a una buena asistencia de Neymar, lo que desequilibró un duelo que poco ofreció. Obviamente el Barça estará más contento por la victoria, que asegura el liderato y ve cómo sigue superando obstáculos, pero el Espanyol, que hizo un partido serio atrás, deberá analizar por qué no hizo más daño arriba a un Barça que se lo puso más fácil que en otras ocasiones.

No fue un gran partido en general, y tuvo nada de lo que suele tener un derbi en cuanto a tensión o dureza. Fue en este sentido un partido tranquilo y placentero, por lo menos hasta los minutos finales pero sin nada a destacar. En lo futbolístico, el Barça estuvo lento, un tanto apático y encontrando sólo el área del Espanyol con cuentagotas, aunque más que las de color blanquiazul. Así, teniendo en cuenta que el Espanyol renunció al balón, centrado en cerrar espacios atrás y salir a través del repliegue y las contras, fue un partido de perfil bajo. Hubo ocasiones de gol pero todo ello en un mix de calma y lentitud. Pese a ello, cabe destacar en la primera parte una ocasión para Víctor Sánchez, el máximo realizador espanyolista, que salvó un también inspirado Valdés. 

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Sobre todo, fue el Barça quien tuvo las más claras dentro de la mala primera mitad. No estuvo fino Alves en sus centros, y el Barça basculaba demasiado en ataque hacia su banda derecha, pero fue el brasileño quien tuvo la más clara al enviar al palo un disparo seco tras una jugada en que Iniesta puso a prueba a Casilla, clave y el mejor de los de Aguirre. Su compatriota Neymar, voluntarioso en su primer derbi, se mostró activo por la banda, incisivo, y aunque previsible encontró ciertos espacios para sus centros. En uno de ellos, ya en la segunda parte, se abrió la lata para los blaugranas. Una genial asistencia del brasileño, que tiró una línea entre la poblada defensa lejos del alcance también de Casilla para que Alexis, en estado de gracia, la empujara a placer llegando desde atrás.

El chileno adelantó al Barça, que tenía el control pero no el gobierno del partido, pues tenía el balón pero no evitaba que el Espanyol se acercara al área. Lo hicieron sin peligros los pericos, que intentaron encontrar en Lanzarote el refresco y energía necesaria para encontrar el empate. Lo cierto es que, hasta los últimos cinco minutos, no habían inquietado más a Valdés, ni con la entrada de Córdoba en punta por el lesionado Thievy. Con todo en un puño, los minutos finales fueron una lucha por el balón constante, ya que el Espanyol se fue arriba y quiso presionar para encerrar a los blaugranas en su área, que replegaron líneas. Eso sí, con la intención de mantenerlo en cuanto lo tenían en su poder, y con un Cesc de refresco para dar un poco más de velocidad en la transición.

Por contra, Pedro, también saliendo desde el banquillo, tuvo la opción de cerrar el partido en una contra en que disparó pronto, quizá demasiado, viendo que tenía espacio por delante para encarar mejor a Casilla, que desvió a córner. Tras el saque, Messi volvió a disparar y, en otra acción seguida, Neymar intentó entrar sin éxito hasta la cocina espanyolista. Con todo ello fueron pasando los minutos y los tres puntos se quedaron en el Camp Nou, y con ellos el liderato en solitario.