-¿Cómo ha vivido la detención de su compañero Rémy di Gregorio?
-No sabía nada. Ni yo ni mis compañeros. Esta mañana [por ayer] hemos ido a hacer el típico entrenamiento de día de descanso y cuando hemos vuelto al hotel la dirección del equipo nos ha comentado que los gendarmes se habían llevado detenido a Di Gregorio. No sabemos más.
-¿Qué supone para el equipo esta situación?
-El Cofidis es un equipo histórico y de renombre, por tanto afrontamos este momento con profesionalidad y ganas de demostrar en la carretera la buena salud del grupo.
-¿Cuál será la motivación del Cofidis a partir de este momento?
-El equipo está por encima de este caso, que considero esporádico e independiente de nuestro conjunto. Nosotros seguimos teniendo la meta de ayudar a Taaramäe a conseguir el maillot blanco, del que está muy cerca en la clasificación. Hay que luchar y seguir trabajando para que cuando finalice el Tour tengamos el buen sabor de haber alcanzado el objetivo marcado y olvidarnos de lo ocurrido en el día de hoy, que es para lamentarse.
-¿Qué relación tenía con Di Gregorio?
-Me llevaba como con el resto de compañeros. Era una relación cordial. Nunca hubo sospechas de ningún tipo y la investigación era algo que desconocíamos.
-¿Qué significa para usted como compañero y como ciclista?
-Un momento de tristeza y de reflexión. Los ciclistas tenemos que estar constantemente recuperándonos y salvando obstáculos de todo tipo. No podemos venirnos abajo y sólo queda tirar para delante.
-¿Podría definirme el ambiente que se ha vivido en el hotel?
-Una situación difícil y triste. Hacía tiempo que no vivía un a aglomeración de medios de comunicación tan grande y el revuelo que se ha generado ha complicado bastante el día de descanso. No hemos tenido la tranquilidad necesaria para recuperarnos de estos primeros diez días de Tour y espero que no me merme para afrontar lo que queda de ronda, de lo que espero mucho.
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