Baloncesto

Un viaje a Bélgica por devoción

  • Conocedores del baloncesto malagueño desde su base, Joaquín Martínez y Miguel Gómez acudirán al Franders Basketball Trophy a final de mes, aunque el billete a Gante, donde se celebra, se lo costean ellos

El Flanders Basketball Trophy, que entre los próximos 21 y el 22 de agosto cumplirá su octava edición, contará con su particular representación malagueña. Ésta estará formada por dos equipos salidos del CB El Palo Unicaja OS y los colegiados Joaquín Martínez y Miguel Gómez, que arbitran en categorías provinciales y son conocedores de la cantera que se cría en Málaga. No obstante, para acudir a una cita que congregará a unas 1.000 personas de 15 nacionalidades distintas estos jueces deben costearse el billete a la ciudad belga de Gante. La organización, que los escoge después de una inscripción previa, solamente se hace cargo de la estancia. No gozan de ningún apoyo federativo ni institucional. Su devoción por el baloncesto es lo que les mueve. "Uno hace esto por hobby, hasta los seis euros del silbato y el uno y medio del cordón los tengo que poner yo", confiesa Martínez, el más veterano de los dos.

Gómez, que lleva siete temporadas en el arbitraje a pesar de que apenas cuenta con 23 años, asegura que va al Flanders Trophy "para compartir experiencias con compañeros de otros países y observar cómo trabajan, me estoy formando y me sirve para ello". Martínez, que se toma su presencia en la cita "como una experiencia nueva", avanza que el fin de semana en Gante será frenético. "No vamos a ver nada de la ciudad. Serán 48 de baloncesto a muerte en varios pabellones. A las 7 de la mañana ya hay que estar en pie para pitar. Son unos 60 equipos y mucho trabajo. Aun así, lo afrontamos con mucho ilusión", dice.

Gómez y Martínez dirigirán encuentros de juniors, seniors y veteranos, aunque el Flanders Trophy alcanza hasta infantiles. Ambos se patean todas las semanas las categorías del baloncesto malagueño al completo y pueden hablar con propiedad de la situación que atraviesa su base. "En cada club se lleva el asunto de una manera, pero aquí siempre ha habido cantera. Por ejemplo, el equipo de minibasket de El Palo que ha sido campeón de España tiene dos o tres jugadores que apuntan mucho. Igual pasa con algunos del Unicaja de Manolo Bazán, que miden 1,85 con 14 años", relata Martínez. Gómez comparte su conclusión. Además, observa gusto por el arbitraje desde categorías inferiores. A los 18 años, cuando jugaba en El Palo, ya le ofrecieron ser trencilla. No se pone metas, aunque no pudo ascender para esta campaña. "Hay muchos que se interesan y preguntan. Málaga, además, es la referencia. El 50% del comité andaluz está aquí", indica.

El reverso negativo, la presión que les llega desde las gradas e incluso desde la cancha cuando están impartiendo justicia. "Tenemos que escuchar muchas cosas feas, los padres te abroncan, insultan y te tienes que aguantar. Y los niños están cogiendo malos gestos que vienen del fútbol que ven en televisión, como simulaciones o encararse con el árbitro. Eso nunca ha sido así y es un problema", sentencia Martínez.

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