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Hay vida, hay que pelear

  • Sí o sí El Unicaja se juega sus opciones de seguir vivo en la Euroliga ante un Zalgiris en problemas con el que regresa el mítico Marcus Brown Duda Freeland continúa con problemas en su antebrazo izquierdo

Cuentan quienes pueden ver ejercitarse al Unicaja regularmente que los últimos entrenamientos han sido de los mejores de la temporada. Quizá porque ha sonado la campana; ya no se toleran más errores ni partidos indeseables. Quizá porque, como demandaba Aíto, se han recuperado efectivos y varios de los otrora lesionados ya tienen continuidad. Por ejemplo, ha sorprendido el estado de Gomis, que ha realizado una buena puesta a punto con el Clínicas, la que ahora está completando Saúl Blanco. Hay quien aventura que el francés puede entrar, incluso, hoy en la rotación. Parece osado. Decide Aíto, en cualquier caso. Joel Freeland sigue con un tendinitis en el antebrazo izquierdo y no ha podido completar las dos últimas sesiones.

Se puede exigir más ritmo e intensidad. Cambiar al que lo hace mal, en suma, como quería Aíto. Creer en una recuperación efectiva es una temeridad hasta que no haya continuidad en el juego y los resultados. El problema es que no hay demasiado plazo para contemporizar. El encuentro de hoy es sí o sí. "Es un partido importante porque si sumamos una tercera derrota se esfuman todas las posibilidades", sentencia el técnico. No hay mucho más que decir. El asunto es que todos los jugadores comprendan la trascendencia del encuentro. Lo que no hicieron el pasado miércoles ante el Prokom. No es tarde para reaccionar si se hace un pleno de victorias. Pero, ahora más que nunca, se trata de ir partido a partido.

Si en Málaga aún hay mar gruesa por la trayectoria del equipo, allá arriba en el Báltico, en Kaunas, hay un severo temporal. El lunes destituyeron al entrenador y al director deportivo. No hay dinero, llegan dos técnicos interinos (Maskoliunas y Markevicius). El interior más solvente, Travis Watson, sigue lesionado y las opciones de seguir vivos en la Euroliga pasan por ganar en Málaga hoy. Desde 2004 no vencen los lituanos un encuentro de Top 16 a domicilio, pese a que no son extraños en esta instancia de la competición.

Aíto, no obstante, advierte de dificultades. Es un equipo el Zalgiris que juega a pocos puntos (anota 67.5 por duelo, sólo Cibona y EWE Baskets anotan menos), aunque el Prokom también era la peor defensa de la competición y el Unicaja sólo fue capaz de endosarle 50 puntos. "El Zalgiris es un equipo muy diferente a todos los demás, con jugadores muy altos, con buenos tiradores, como son la mayoría de los lituanos, y con un tipo de defensa también poco habitual con zonas de ajustes, zonas cambiantes, que llevan generalmente el partido a su terreno porque la mayoría de los equipos no estamos acostumbrados a jugar contra ese estilo. La preparación de este partido es difícil porque tenemos que prepararlo en muy poco tiempo y aprender, casi sin entrenar, a reaccionar bien ante este tipo de defensas", advierte el entrenador cajista.

Enfrente, apunten los nombres de los jóvenes Kalnietis, Pocius y Delas. Y de los veteranos Salenga y Marcus Brown. Qué decir del carismático escolta de West Memphis. Entronca con la era gloriosa del Unicaja. Camino de los 36 años, sigue al pie del cañón. Aún anota canastas para ganar partidos y recientemente renovó hasta 2011 con el Zalgiris. Se desconoce si será el último equipo del máximo anotador de la historia de la Euroliga. Ya jugó aquí con la camiseta del Maccabi y volverá a hacerlo con la camiseta del equipo lituano. Eternamente recordado en Málaga, verdugo frecuente con Limoges, Efes Pilsen o CSKA, sus mejores días pasaron físicamente hablando. Pero a carácter pocos le ganan al gran Marcus. De él debe tomar nota el Unicaja. Hay vida, hay que pelear.

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