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El villano pasó a ser héroe

Hace casi un año Luis Suárez quedó marcado por una de las sanciones más duras en la historia del fútbol. Ayer, el delantero uruguayo regresó en Berlín a la cima del fútbol al convertirse en el jugador decisivo de la final de la Liga de Campeones gracias a un tanto que convirtió al Barcelona en ganador.

El equipo azulgrana venció a la Juventus en una final mucho más equilibrada de lo pensado antes de comenzar el duelo. El MVP de la final fue para el español Andrés Iniesta, pero la jugada definitiva la protagonizó Suárez.

Ocurrió a los 67 minutos. Lionel Messi realizó su primera aparición importante en el partido con un disparo que repelió Gianluigi Buffon. Pero no fue una mano contundente. Tampoco un despeje a una zona segura. El balón no fue a un costado ni tampoco abandonó las cercanías del área. Demasiada concesión para alguien como Suárez.

El uruguayo empujó el balón a la red anticipándose a todos sus defensores. Rescató a su equipo en un momento muy difícil, con el marcador 1-1 y con la Juventus generando suficientes llegadas como para llevar la taquicardia hacia los seguidores azulgrana.

"La temporada fue dura. Mi mujer y mis hijos también sufrieron. Se lo dedico a ellos y mis compañeros. Ha sido increíble. El ambiente, el resultado... Para ganar estos torneos hay que sufrir y se ganó un partido sufrido", dijo el charrúa.

Suárez vivió su particular descenso a los infiernos hace casi un año, el 24 de junio de 2014. Fue entonces cuando mordió al defensa italiano Chiellini durante un partido del Mundial de Brasil. El uruguayo negó inicialmente los hechos, pero las televisiones actuaron de fiscal acusador y la FIFA ordenó una sanción ejemplar de cuatro meses sin jugar.

Para entonces, su fichaje por el Barcelona ya estaba prácticamente hecho. El equipo azulgrana pagó 80 millones de euros al Liverpool por un jugador con el que no podría contar hasta octubre. Es decir, Suárez se perdía el comienzo de temporada con su nuevo equipo, con toda la rémora que ello suponía. Para él y para el club. Durante su tiempo de inactividad, Suárez tuvo que afrontar una vida poco agradable. Primero, reconoció que estaba recibiendo tratamiento para controlar su ansiedad, casi próxima a la ira, para evitar así episodios como el del mordisco a Chiellini, que ya había repetido anteriormente.

Mientras, un sector de la prensa aseguró que estaba gordo, alejado de la forma precisa para jugar en un equipo de élite como es el Barcelona. Luis Suárez reapareció el 25 de octubre en un clásico que acabó con triunfo 3-1 del Real Madrid y siguió recibiendo críticas. Principalmente, porque erraba goles que sí marcaba en el Liverpool, según decían sus detractores. La respuesta de Suárez viajó en dos vertientes: paciencia y refugio en sus compañeros.

El uruguayo mezcló muy bien en el campo junto a Neymar y Messi. También fuera. No hubo ni atisbos del egocentrismo en un trío de delanteros absolutamente demoledor. Todo por un bien común.

Suárez vivió su primera gran noche de gloria en el Barcelona el 22 de marzo al marcar el gol del triunfo 2-1 ante el Real Madrid. Como ocurrió ayer ante la Juventus, el uruguayo apareció cuando peor lo pasaba su equipo y marcó un gol decisivo que acabó siendo fundamental en la conquista de la Liga por parte del conjunto azulgrana.

En Berlín, Luis Suárez confirmó que ha vuelto para quedarse entre la élite. Por eso, el uruguayo recibió un grito unánime de la hinchada del Barcelona cuando terminó la final de la Liga de Campeones: "¡Uruguayo, uruguayo!".

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