Economía

El A400M sella por fin su salvación

  • Los siete países clientes se comprometen en la cita de Toulouse a poner 3.500 millones de los 11.000 de sobrecoste del programa y a no reclamar indemnizaciones por los retrasos · Airbus les dará facilidades de pago.

Adiós al fantasma de la cancelación. El avión militar A400M, que se monta en la factoría de Airbus Military en Sevilla, por fin vuela sin turbulencias. Tras meses de tiras y aflojas entre el fabricante y las siete naciones clientes del programa -en los que la posibilidad de abandonar el proyecto sobrevoló en más de una ocasión-, por fin se despeja el futuro de la aeronave. Y es que ayer las partes implicadas en el programa sellaron el acuerdo definitivo que garantiza su continuidad.

"Este 5 de noviembre es un gran día para la industria europea de defensa", aseguró el ministro francés de Defensa, Hervé Morin, tras concluir la reunión celebrada entre EADS -matriz de Airbus Military- y los siete países compradores del A400M, en Toulouse (Francia). Un éxtasis al que se sumó el grupo aeronáutico, que en una nota se congratuló por el pacto alcanzado. Este paso constituye "la culminación en detalle y sumamente esperada del acuerdo de principios alcanzado en marzo de 2010", especificó.

Si bien aún queda que cada uno de los Estados rafifique el texto, la cita de ayer puso punto y final al grueso de las negociaciones. En marzo, lo que se alcanzó fue un compromiso por parte de los países de no dejar caer el programa militar, pero ayer fue cuando realmente se rubricó su salvación con el acuerdo sobre la refinanciación del proyecto, el principal escollo de las conversaciones.

Pero, ¿en qué consiste la letra pequeña del pacto? Alemania, Francia, España, Bélgica, Luxemburgo, Reino Unido y Turquía asumirán parte del sobrecoste de 11.000 millones de euros que acumula el proyecto y renunciarán a cobrar las penalizaciones por los retrasos del avión -de cuatro años-. Por su parte, EADS se compromete a dar facilidades de pago a los gobiernos, dada la difícil situación que atraviesan en estos momentos de crisis.

En concreto, las naciones pondrán 3.500 millones de euros adicionales a la cifra inicial del contrato, que contemplaba la compra de 180 aeronaves por 20.000 millones de euros. De aquella cantidad, 2.000 millones serán aportados por sobrecoste y los 1.500 restantes como un préstamo un tanto particular. Los gobiernos darán ese dinero a cambio de participar en las futuras exportaciones del aparato, o lo que es lo mismo, Airbus tendrá que devolverles ese montante cuando empiece a vender aviones a nuevos países y tenga más liquidez.

Este capítulo es el único fleco que queda por cerrar dentro del acuerdo alcanzado ayer. "Esperamos tener definido este instrumento financiero antes de finales de año", indicó la compañía en la nota. El problema radica en que no todos los países tienen la misma legislación y algunos tendrán que introducir cambios para contemplar este nuevo esquema -denominado export levy facility-.

En este contexto, a España le tocará pagar el 15% del sobrecoste asumido por los compradores, esto es, 300 millones adicionales por su pedido de 27 aviones, y 225 en concepto de préstamo.

EADS, a cambio de todas estas concesiones, se comprometió a no reclamar los pagos de las primeras entregas por adelantado, tal y como estaba previsto en el preacuerdo de marzo -entre 2010 y 2014-. "Los pagos de los gobiernos se efectuarán ahora más tarde de lo esperado", aseguró.

De lo que no recogió ni una coma el texto rubricado ayer fue del número de cancelaciones que Airbus podría soportar. Aún así, fuentes de la compañía indicaron que el máximo de anulaciones apalabradas asciende a 10, por lo que el volumen de pedidos pasaría de 180 a 170 aeronaves. "Está en manos de los países cómo se repartirán ese recorte", señalaron. Según diversas fuentes, finalmente sería Alemania la que cancelara siete aviones y Reino Unido, tres.

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