Tribuna Económica

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Balance financiero de las familias españolas

Cada familia española lleva su cuenta financiera particular. Por una parte, sabe de los dineros que tiene en casa, en el banco -en la cuenta corriente o en un depósito a plazo- o invertido en otros activos financieros, como fondos de inversión, acciones de empresas o quizá en algún plan de pensiones. Por otra parte, también sabe de los dineros que debe, por el saldo pendiente de la hipoteca de su casa habitual o de la segunda vivienda, o lo que le queda por pagar de algún préstamo al consumo al que recurrieron. La diferencia entre ambas cantidades constituye su patrimonio financiero neto. El Banco de España realiza este mismo balance agregando el de todas las familias españolas. Esta estadística -sector hogares- aparece dentro de las Cuentas Financieras de la Economía Española, cuyo último número ha sido publicado esta semana.

A finales de 2018, los hogares españoles poseían activos financieros por valor de 2,1 billones de euros, 36.000 millones menos que en 2017 debido al importante descenso de la cotización de algunos activos financieros a final de año. No obstante, supone un 17,3% más que en 2011, cuando su valor ascendió a 1,8 billones de euros. Un 41% de este montante está mantenido en efectivo o depositado en el banco. Otra parte importante -un 27%- la tienen invertida las familias en participaciones de capital en empresas, cotizadas o no. Un 14% en fondos de inversión y un 16% en seguros y fondos de pensiones. En relación al PIB, el valor de los activos financieros de las familias suponen un 177,7%.

En cuanto a sus deudas, prosigue el descenso. De los 877.876 millones de euros que debían en 2011 a los 711.136 de 2018, aunque cada vez baja a un ritmo menor. Así, respecto al avance del primer trimestre de 2019 sólo disminuye en 1.000 millones cuando los primeros años de la crisis la deuda familiar se recortaba en 30.000 millones cada año. Los préstamos son mayoritariamente a largo plazo, un 87,3%, aunque vienen creciendo con fuerza los préstamos al consumo a corto plazo. La proporción deuda/PIB sigue decreciendo, por al aumento de éste y pese al menor ritmo de descenso de aquélla.

De hecho, en el primer trimestre de este año se sitúa sólo en el 58,4% del PIB, el mismo nivel de la zona euro.

En resumen, la riqueza financiera de los hogares, deduciendo las deudas de los activos financieros totales, superó los 1,45 billones de euros a finales de marzo de 2019, un 4,1 % más medido en tasa interanual. En relación con el PIB, representa el 119,3 %, un 0,8% superior a la de un año antes. Dos últimos comentarios.

Primero, a muchos les sorprenderá este porcentaje de mayor riqueza al compararlo con el que arroja su balance financiero propio, por exceso o por defecto, pero ya se sabe que la estadística es la ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno. Y segundo, no es un balance global, sólo financiero. Aquí no cuenta la riqueza en otro tipo de activos, como el preferido por las familias españolas: los inmuebles. Esta otra riqueza supera actualmente los 5,2 billones de euros. El 75% del ahorro familiar está en ladrillos, cuando sólo pesa un 68% en la zona euro

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