El gigante norteamericano del motor, Chrysler, ha recibido 4.000 millones de dólares en créditos por parte del Gobierno de EEUU en un acuerdo que busca salvarlo de la quiebra. Esta cantidad es parte del paquete de rescate de 13.400 millones de dólares aprobado el mes pasado para asistir tanto a Chrysler como a General Motors.

Ambas empresas aseguraron que necesitaban el dinero para pagar a las fábricas que les dan suministros en unos momentos en que las ventas han caído y el crédito se ha restringido. La condición para recibir el dinero fue que los fabricantes debían reestructurarse y probar antes del 31 de marzo que son empresas viables.

"Este préstamo inicial permitirá que la compañía continúe una reestructuración ordenada y lograr nuestro objetivo de construir coches que consuman menos carburante", dijo el presidente ejecutivo de Chrysler, Bob Nardelli.

General Motors, el fabricante de automóviles más grande de EEUU, también recibió su primer préstamo de 4.000 millones de dólares a principios de esta semana y espera que a finales de mes le entreguen otros 5.400 millones.

El Departamento del Tesoro también otorgó un paquete de rescate a GMAC, la entidad crediticia de General Motors, que también es propiedad de Chrysler.

Los expertos aseguran que cuando los fabricantes de automóviles de EEUU publiquen sus datos la próxima semana se confirmará que las ventas de diciembre fueron las más bajas desde 1992.

Por su parte, el mes pasado el gobierno de Canadá anunció un plan de emergencia de 3.300 millones de dólares para rescatar a General Motors y Chrysler, muy ligados a la industria del motor de aquel país.