La sensación de los ciudadanos de que el precio de la gasolina sube con rapidez cuando también lo hace el coste del petróleo, pero no baja igual de raudo cuando el crudo desciende, ha calado en la Comisión Nacional de Competencia. Este organismo, dependiente del Ministerio de Economía, confirmó ayer que ha abierto una investigación a Repsol, Cepsa y British Petroleum para averiguar si estas petroleras están actuando en contra de la libre concurrencia -pactando precios- para evitar que el precio de los combustibles baje.

El coste del barril de oro negro ha caído desde su máximo histórico de 147 dólares a mediados de julio hasta el entorno de los 105 dólares a los que cotizaba ayer el tipo Brent, de referencia en Europa. Es decir, un 29%. En el mismo periodo, la gasolina lo ha hecho de media un 6,4% y el gasóleo ha descendido un 9,7%.

La organización de consumidores Facua, que solicitó esta investigación el pasado 7 de agosto, se felicitó ayer por la decisión de Competencia. La investigación abierta por el organismo que preside Luis Berenguer incluye a todo el sector energético: combustibles, electricidad y gas.

Por su parte, el director general de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (patronal española del sector), Álvaro Mazarrasa, defendió ayer la transparencia del sector en la fijación de los precios de las gasolinas y lamentó la "palabrería vacía de contenido" acerca de la falta de relación entre la bajada del precio del crudo y el abaratamiento de los combustibles.

Mazarrasa lamentó el "error bastante extendido" de relacionar la cotización del crudo con los precios del surtidor. El aprovisionamiento de los combustibles se realiza, explicó, conforme a los indicadores de cotización de la gasolina y del gasóleo en los mercados internacionales, indicadores que "no siempre coinciden con el crudo", aseguró.