La propuesta de los sindicatos, en lo que se refiere a transportes, sigue la línea de la orden gubernamental de la huelga de 1994, aunque con una diferencia: sí hubo entonces vuelos internacionales, uno al día a las principales capitales europeas.

En la última huelga contra un Gobierno socialista sí hubo acuerdo con los sindicatos, pero no en la planteada contra el PP el 20 de junio de 2002. Entonces, tras sólo cinco horas de negociaciones, el Ministerio de Fomento, entonces dirigido por Francisco Álvarez Cascos, fijó como mínimos los vuelos con las islas y Ceuta y Melilla, los de más de 500 kilómetros y un vuelo por aerolínea a todos los destinos del mundo.

Para el ferrocarril, eliminó los servicios mínimos para los trenes de largo recorrido e impuso que fueran cien los que funcionaran durante el día. También impuso que en los servicios de cercanías el servicio prestado fuera el de un 25% de un día normal. Y en lo que se refiere al transporte interurbano el Gobierno fijó un 25% de los servicios prestados en un día normal, reducido a un 10% en caso de concurrencia con trenes.